La apuesta que la industria agroalimentaria de Navarra está realizando por los envases alternativos al plástico de un solo uso es cada vez más importante. Empresas de referencia en el sector como Grupo Apex, Dantza, Grupo AN, Florette, Goikoa o Viscofan, entre otras, ya están llevando a cabo grandes inversiones en este campo. Un esfuerzo en línea con lo que marca un entorno cada vez más concienciado con la sostenibilidad. Así quedó reflejado en el VIII Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilo de Vida de las Familias, publicado el pasado verano, donde se dejó constancia de cómo siete de cada diez consumidores españoles eligió el envase reutilizable para sus compras. A este le siguieron, por orden de preferencia, el packaging de cartón o papel, el vidrio, el plástico reciclado y el reciclable. Por último, solo el 3,9 % de ellos optó por el plástico de un solo uso como envase preferente.
Con estas cifras en la mano, la industria nacional del envasado afronta un proceso de transición hacia sistemas más sostenibles, “activos” e, incluso, “inteligentes”. Un cambio “revolucionario” al que no permanece ajeno el sector agroalimentario de Navarra, por dos razones fundamentalmente. En primer lugar, por la rapidez con la que se está ejecutando. “Todos los envases van a ser de origen reciclado en dos o tres años como muy tarde”, pronostica Jorge Lorenzo, responsable de Aguas y Envases en el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA).
Además, también sobresale el marco normativo. Una legislación que será “más estricta” a la hora de penalizar el uso innecesario y la mala gestión de aquellos envolventes de un solo uso procedentes del petróleo. “Si nos fijamos en todas las últimas normativas sobre Packaging, cada vez será más difícil usar materiales poco sostenibles”, advierte.
PRINCIPALES TENDENCIAS EN SOSTENIBILIDAD
Lorenzo añade otros dos condicionantes más. Por un lado, la presencia de un consumidor con una mayor concienciación ambiental, como quedó reflejado en el VIII Observatorio Nestlé. Porque el usuario reclama más transparencia e información sobre la trazabilidad del producto o la forma de gestionar el envoltorio que lo acoge. Todo ello sin olvidar los avances y el desarrollo que está teniendo la investigación y la tecnología en el uso de nuevos materiales alternativos al plástico de origen fósil.
Según el VIII Observatorio Nestlé, solo el 3,9 % de los consumidores españoles optó por el plástico de un solo uso como envase preferente.
Relacionado con este último punto, Lorenzo desglosa diversas tendencias en las que se está trabajando en materia de packaging sostenible o bioenvases. La mayoría, y más importante, es el uso de plástico de origen reciclado, como por ejemplo el RPET o “plástico de origen reciclado“. “La industria de agua embotellada fue la primera que lo incorporó, hace ahora cuatro o cinco años, y hoy alcanza a prácticamente el 100 % de ese sector”, desglosa el responsable de Aguas y Envases de CNTA. En este sentido, confía en que dicho sistema se extienda al resto de la industria agroalimentaria “en dos o tres años”. En el caso de Navarra, “es una práctica conocida y muy implementada”.
En segundo término está la búsqueda y el desarrollo de formatos sustitutivos, a cuya cabeza se sitúan el papel y el cartón. Sin embargo, lograrlo resultará más complicado de lo que puede parecer en un primer momento. “El plástico, aparte de ser muy barato, tiene muy buenas características técnicas, que lo hacen útil y muy necesario para muchas aplicaciones”, recuerda.
La industria trabaja en numerosas alternativas, que llegan incluso hasta el uso de cáscaras de vegetales o de huevo, el bambú y la caña de azúcar.
De ahí que para productos líquidos o grasos, por ejemplo, cuya interacción con el papel o el cartón no es del todo satisfactoria, se haya planteado el uso de envoltorios que combinen ambas tecnologías.
Gracias a este tipo de soluciones, “se ha logrado reducir la presencia de plástico en un 90 %”. No obstante, todavía queda mucho campo por investigar. Así lo demuestra la reciente puesta en marcha del proyecto Zero Plastics en Navarra, cuyo objetivo precisamente es desarrollar nuevos envasados que no contengan plásticos. Una iniciativa que cuenta con un presupuesto de 2,6 millones, financiados por el Ejecutivo foral, y de la que participan las empresas Solidus Solutions, Global Local Solutions, Goikoa, Florette, Palacios, Exkal, Viscofan y el centro tecnológico Naitec.
Por su parte, la tercera gran tendencia es la aplicación al packaging alimentario de los polímeros o plásticos cuyo origen no es el petróleo. En este ámbito, el abanico de propuestas “es muy amplio”. Estas van desde el uso del almidón a los residuos alimentarios, pasando por planteamientos tan rupturistas como las fórmulas basadas en cáscaras de vegetales o de huevo, el bambú o la caña de azúcar: “En el caso de estos últimos, queda pendiente su autorización como envase por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)“.
En este ámbito, no obstante, ya se han producido los primeros casos de éxito como el de Grupo Apex y su envase 100 % libre de plástico para sus famosas Patatas Marinas. Un innovador pack de film fabricado con materiales compostables y de origen vegetal provenientes de bosques certificados (FSC® y PEFC®) y de cultivos responsables. Dicho material es desechable en el contenedor orgánico y sus componentes vegetales cumplen con un doble objetivo. Por un lado, asegurar las condiciones de calidad del producto. Y, por el otro, cumplir con el principio circular de sostenibilidad al contar con materiales que se pueden reutilizar al final de su vida útil como envase.
ENVASES ACTIVOS E INTELIGENTES
En paralelo a la investigación y el desarrollo en el campo de la sostenibilidad, la “revolución” del sector del packaging incluye dos variantes más que el sector agroalimentario foral no ha perdido de vista. La primera corresponde con lo que se ha llamado “envase activo”. Dentro de esta se sitúan aquellos que interactúan con el alimento proporcionándole una mejora en su calidad. Aquí, por ejemplo, la firma navarra Uvesa y Termoformas están investigando en un formato que ayude a mejorar la conservación del pollo.
La otra opción es el denominado “envase inteligente“. Este incluye una serie de códigos QR o sistemas de lectura, que permiten al consumidor ampliar la información recogida en la etiqueta. Así sucede con la solución aplicada a los productos avícolas que Grupo AN distribuye a través de Eroski. Esta facilita al consumidor una gran cantidad de información. Así, puede conocer las granjas donde los animales se han criado; acceder a información sobre bienestar animal; disponer de recomendaciones de recetas; y disfrutar de un vídeo de realidad virtual, donde se explican las diferentes maneras de crianza de las aves, además de tener acceso a una encuesta para dar a conocer su opinión.
En esa misma línea, Dantza implementó en sus conservas de cardo una solución similar que, mediante tecnología NFC, ofrece detalles sobre el origen del producto, recetas saludables y hasta una encuesta con la opinión de los usuarios.
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