martes, 16 abril 2024

Los dueños de Chatarras Marton salvaron el negocio con las llamas ya en la verja

La empresa de Ricardo Marton y Ángel María Bronce estuvo a punto de quemarse en el incendio registrado este sábado en Arguedas. Pero los socios, con la ayuda de los dueños de otras empresas colindantes, familiares y el material que les prestaron desde Congelados de Navarra, lograron sofocar el fuego. No obstante, se quedaron toda la madrugada en las instalaciones apagando los rescoldos.


Arguedas - 20 junio, 2022 - 00:35

Aunque la imagen no es de buena calidad, se aprecia cómo el fuego estaba ya casi dentro de la empresa. (Foto: cedida)

Eran las ocho y media de la tarde del sábado cuando las llamas comenzaron a traspasar las verjas que cercan la nave de Chatarras Marton, ubicada en Arguedas, muy cerca de la sede de Congelados de Navarra. Tanto Ricardo Marton como su socio y cuñado, Ángel María Bronte, no dudaron en pasar a la acción. Rápidamente, sacaron mangueras del interior de su nave para intentar evitar que se propagasen las llamas y se produjese un desastre mayor.

«En ese momento, había varios focos activos en diferentes puntos de la geografía y todavía no habían llegado la policía ni los bomberos. Teníamos que hacer lo posible por salvar nuestro negocio», relató Marton.

«Congelados de Navarra nos dejó una toma de agua que tenía mucha presión… Con eso conseguimos controlar la situación».

Varios familiares y amigos acudieron en su ayuda, así como los dueños de los negocios vecinos, que son dos carpinterías. Además, desde Congelados de Navarra, cuyos trabajadores fueron claves para que el incendio no afectara a la planta de la firma dirigida por Benito Jiménez, les ayudaron cuando más falta les hacía: «Con las mangueras que teníamos dentro no llegábamos a todos los sitios. Mi sobrina se acercó a Congelados de Navarra y nos apoyaron con una toma de agua que tenía mucha presión. La sujetaban entre tres personas. Y con eso conseguimos controlar la situación».

Fue entonces cuando llegaron efectivos policiales a las inmediaciones de la chatarrería, que les pidieron desalojar la zona por seguridad: «No nos fuimos ninguno. Automáticamente dijimos a los agentes que no podíamos dejar la chatarrería. Teníamos que salvar nuestro negocio. Si nos hubiéramos ido, habría sido un desastre. Habría entrado el fuego a las instalaciones, a las carpinterías de al lado y se habría expandido por toda la manzana… Se habría quemado todo».

«Dijimos a los agentes que no podíamos dejar la chatarrería. Teníamos que salvar nuestro negocio. Si nos hubiéramos ido, se habría quemado todo».

La Sidrería Bornas, otra de las naves vecinas del polígono, también consiguió salvarse. Las llamas se quedaron a pocos metros de atravesar la puerta del restaurante. «Creo que le libró un espacio de cemento que tiene entre el jardín y el comedor de la sidrería. Hizo de cortafuegos. Era muy impactante ver cómo salían enormes llamas del pinar que tiene justo delante», indicó Marton.

Además, pronto avistaron a lo lejos un camión cisterna, que comenzó a echar agua para apagar el fuego.

Aunque la mayor parte del incendio estaba controlada, los dueños de Chatarras Marton pasaron la noche en vela vigilando las llamas. «Hemos estado hasta las siete de la mañana de guardia y apagando los rescoldos que quedaban».

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