sábado, 27 abril 2024

María Castañeda, con total seguridad

Hija del mítico Javier Castañeda, que defendió la camiseta de Osasuna en 349 partidos, María es pura positividad. Y así lo transmite en esta entrevista a NavarraCapital.es. Además de ejercer como gerente en la correduría que tiene con su padre y su hermana, Natalia, desde enero es la presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Navarra. Por eso, reivindica el servicio esencial desarrollado por un sector que, poco a poco, trata de ser más conocido por la sociedad.


Pamplona - 22 mayo, 2021 - 00:02

Artículo patrocinado por BANCO SABADELL

María Castañeda, en las oficinas de la correduría de seguros donde es gerente. (Fotos: Maite H. Mateo)

Los padres de María Castañeda llegaron a Pamplona desde Madrid en 1980 porque él, Javier, había fichado por Osasuna. Poco después, su madre tuvo que volver a la capital española por motivos de trabajo y allí estaba cuando, a finales de febrero de 1981, adelantándose un mes a la fecha probable del parto, nació María. «Yo me siento pamplonesa y navarra, me he criado aquí». Estudió en el colegio de las Ursulinas y después en la UPNA, donde se licenció en Administración y Dirección de Empresas. Rasgos de su carácter y personalidad que va a desvelarnos durante la entrevista nos llevan a sugerirle que fue una buena estudiante. Nos mira entre sorprendida y divertida y, riéndose, dice que hemos acertado. «Sí, era empollona».

El pragmatismo se impuso a la hora de elegir la carrera: «Como mi padre era colaborador de una correduría de seguros y tenía sus propios clientes, pensé que esos estudios me ayudarían a gestionar un día la cartera. Además, en el caso de que el mundo de los seguros no me gustara, era un título que no me encasillaba y me permitía múltiples salidas al mercado laboral».

«Mi padre suele decir que Castañeda son sus hijas y que él es el asociado».

En 2003 consiguió el título de mediadora de seguros e hizo un postgrado en Mercados Financieros para, en septiembre de 2004, incorporarse a la correduría donde trabajaba su padre. Tres años más tarde, ambos se independizaron para poner en marcha Castañeda y Asociados, proyecto al que se sumó la hermana de María, Natalia. «Mi padre suele decir que Castañeda son sus hijas y que él es el asociado», manifiesta risueña.

Los prejuicios que a veces sobrevuelan a algunas aseguradoras, con operarios llamando por teléfono de forma insistente para vender sus pólizas, distan mucho de la labor discreta que realizan los mediadores, centrados en el trato personal a los clientes y en defender los intereses de estos ante las compañías cuando sufren cualquier incidencia.

Por eso, María pone en valor el trabajo de un sector, la mediación, cuyo impacto social a menudo se desconoce: «A mí me gusta desde el punto de vista de la especialización que puedes llegar a adquirir. No se trata de vender seguros sin más, requiere mucha formación y aporta valor a la sociedad. El problema es que es un sector que no se conoce, por eso algunos tienen esa imagen».

«La mediación no trata de vender seguros sin más, requiere mucha formación y aporta valor a la sociedad».

Divulgar la realidad de la profesión y darle visibilidad es, precisamente, uno de los objetivos que persigue María como presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Navarra, cargo que ejerce desde enero en sustitución de Alberto Moreno.

En este punto de la conversación, reivindica el servicio que el sector asegurador presta a la sociedad: «Creo que se ha visto muy claro este año con el tema de la pandemia. Un grupo de compañías llegó a un acuerdo para dar cobertura a profesionales sanitarios por si caían enfermos, ofreciéndoles unos servicios y un apoyo que no les ha dado nadie más. Otro ejemplo, en las pólizas de salud no se incluye el riesgo de pandemias, pero todas las aseguradoras lo han cubierto cuando alguien lo ha necesitado. De modo que ha podido acudir a un hospital privado para ser atendido del coronavirus. Bueno, y sin el papel del consorcio, que es una figura que solo existe en España, habría una gran cantidad de siniestros que no se podrían atender«.

María ha desarrollado toda su carrera laboral al lado de su padre, Javier Castañeda.

María ha desarrollado toda su carrera laboral al lado de su padre, Javier Castañeda.

Volvamos a Castañeda y Asociados. Su fundación coincidió con la llegada del humo que estaba generando el incendio de la crisis financiera. Un momento difícil para emprender… María asiente antes de contestar: «Bufff, el comienzo muy duro. Fueron días de trabajar sin descanso, de hacer muchas visitas y llamadas. El reto profesional y personal fue enorme, pero no lo cambiaría por nada del mundo porque la respuesta fue increíble. Nos sentimos muy apoyados y respaldados por nuestros clientes. La verdad es que formar parte del nuevo proyecto, ver el resultado y haberlo podido hacer con tu familia es una gran satisfacción», resalta.

TRABAJAR EN FAMILIA

¿Es complicado trabajar con el padre y una hermana? Reconoce que se lo han preguntado muchas veces y que siempre responde que no es así: «Nunca hemos tenido ningún problema. No me he arrepentido de hacerlo, sino todo lo contrario. La confianza ayuda a la hora de tratar los temas y cada uno sabe cuáles son sus obligaciones, sus responsabilidades». De hecho, añade que los tres tienen claro dónde está la línea que separa lo profesional de lo personal antes de hacer un alto para completar la idea dibujando una media sonrisa. «Buenos, a veces es inevitable que en una reunión familiar salga algo relacionado con el trabajo».

«Al trabajar con mi padre y mi hermana, a veces es inevitable que en una reunión familiar salga algo relacionado con el trabajo».

Al ser una correduría, pueden trabajar con todo tipo de clientes, seguros y compañías. «Pero mi padre orientó el negocio hacia la atención de empresas. Es una especialización que nos diferencia porque requiere agentes más cualificados y aportamos un mayor valor añadido». María defiende la fórmula del aseguramiento a través de las corredurías con argumentos como, por ejemplo, que permite asesorar de forma personalizada e independiente al cliente. Así, este puede elegir entre distintas opciones al «no estar casados con ninguna compañía». «Y defendemos a nuestros asegurados frente a los intereses de las entidades aseguradoras en caso de siniestro cuando surgen discrepancias», enfatiza.

Como aseguran a empresas y muchas de ellas han sufrido las consecuencias de la pandemia, obviamente han sido meses de intenso trabajo en Castañeda y Asociados. «Hemos estado a su lado tratando de conocer su situación y darles todas las facilidades para que estuvieran tranquilos en todo momento. Al final es ahí donde se ve el valor de una correduría, digamos que en ese servicio postventa».

En su caso, además, el coronavirus les afectó de una manera muy directa, porque Javier Castañeda enfermó y llegó a estar muy grave en el hospital. «Fue al principio, se decretó el confinamiento y el asegurador fue declarado sector esencial. Así que tuvimos que seguir trabajando con la preocupación por su estado y, al mismo tiempo, tratando de mantener la cabeza fría para dar un buen servicio a los clientes», rememora antes de que se le quiebre la voz. «Aún ahora, al recordarlo…». No puede terminar la frase, se le humedecen los ojos y recupera parcialmente el aplomo: «No sabíamos qué iba a pasarle. Entonces se conocía muy poco del Covid-19 y tuvimos que reorganizarnos aquí a toda prisa».

Nos alivia ver que se le ilumina la cara y, efectivamente, vuelve a aparecer la mujer positiva que lleva dentro. «Afortunadamente ha ido todo bien. Él está muy bien y, a nivel profesional, no nos podemos quejar», agrega. Como habrán visto, Javier está presente a lo largo de toda la entrevista, que se lleva a cabo en su despacho. El exfutbolista también tiene allí un importante protagonismo, concretamente en dos cuadros donde se le ve con el atuendo osasunista, que vistió en 349 partidos.

Por cierto, su popularidad abrirá algunas puertas, ¿no? «La verdad es que sí, siempre ha tenido una imagen buena y su manera de actuar en el campo nos la ha trasladado a nosotras. Ojo, aunque te dé entrada a muchos sitios luego tienes que demostrar la profesionalidad, la valía. No puedes vivir solo de la imagen. Pero sí, estamos muy orgullosas de lo que ha hecho, de lo que hace y de lo que nos ha enseñado. ¡Qué vamos a decir nosotras!», concluye entre carcajadas.

«No estamos compitiendo en las mismas condiciones que la banca».

PRESIDENTA DEL COLEGIO

María Castañeda estrenó 2021 con su nombramiento como presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Navarra tras ocho años de pertenencia a su junta directiva, en los que fue secretaria y tesorera (Moreno ocupa ahora este último cargo). Cuando se lo propusieron, dudó porque no sabía si iba a poder dedicarle el tiempo que el cargo requiere. «No quería quedarme a medias, cuando me implico en algo me meto a fondo«. Dijo finalmente que sí, entre otras cosas para seguir trabajando ante problemas como la «competencia desleal» que, a juicio del sector, realizan algunas entidades financieras al «colocar pólizas» cuando conceden préstamos o líneas de crédito: «Se valen de la posición que tienen sobre sus clientes, de modo que no estamos compitiendo en las mismas condiciones. Además, a los corredores nos exigen unos requisitos brutales para ejercer nuestra profesión y ellos… por el artículo 12. No estamos en contra de que hagan seguros, pedimos que sea en las mismas condiciones para todos».

Reivindica su profesión, que según asegura es una desconocida para la ciudadanía.

Reivindica su profesión, que según asegura es una desconocida para la ciudadanía.

Castañeda y Asociados es una empresa familiar, lo que equivale a decir que los horarios son algo relativo. Y si a eso añadimos el tiempo que María dedica al Colegio, la conclusión lógica es que debe resentirse la conciliación de la vida familiar y la laboral. «No resulta sencillo. Tengo pareja, hijos no, pero soy muy organizada. Tengo todo medido y eso me permite llegar a todo. Hombre, hay días en los que voy más apurada, pero al final llego». También sostiene que nunca ha tenido dificultades dentro del sector «por el hecho de ser mujer». «Siempre me he sentido valorada por mis capacidades y el trabajo desarrollado«. Por eso, anima a las trabajadoras que chocan con el techo de cristal a romperlo.

Saca espacio para el ocio, en el que damos por supuesto que estará presente el fútbol. «Claro, soy muy de Osasuna, pero aún es más futbolera mi hermana. Como lo vivimos día a día en casa, lo tenemos muy dentro». Pone como ejemplo que, cuando murió Maradona, «volvió a hablarse mucho del marcaje que mi padre le hizo en El Sadar. Siempre se le recuerda por una u otra razón, es que es una referencia«.

A María, además, le atraen los deportes acuáticos. Ha sido nadadora y jugadora de waterpolo. «Me gusta disfrutar de la naturaleza; la música; bailar; estar con mis amigos, los de mi infancia y otros que por temas de trabajo han llegado a mi vida… Tengo un grupo muy majo de dieciocho o veinte personas, que nos hemos conocido en una asociación y que parece que llevamos juntos pues… toda la vida». Esa vida a la que, a la vista está, sabe sacar el máximo provecho. «Sí, estoy muy contenta», confiesa con una nueva sonrisa, que se extiende a toda su cara.

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