En su perfil de LinkedIn, aparece el lema ‘apasionada del trabajo con y para las personas’. Una bonita frase para presentarse en las redes sociales, puede pensarse. Pero cuando conocemos su trayectoria, vemos que se ajusta a su personalidad: “Cuando elegí estudiar Psicología no fue por casualidad, sino porque mi vocación era la de entender a los demás y ayudarles“. Esa orientación hizo que no se decantase por la rama clínica, sino hacia el desarrollo de las personas.
No tenía antecedentes en casa que inspirasen ese camino. Miriam Martón nació en Valtierra hace 47 años, hija única, y fue la primera de su parentela que accedió a la universidad. “A lo largo del Bachillerato las asignaturas que más me gustaron fueron las de humanidades, filosofía y, más concretamente, lo que nos tocaba de psicología. Eso me hizo ver que lo que me atraía era entender el comportamiento de las personas a través del estudio de su pensamiento para así poder ayudarles”.
A los 17 años dejó el pueblo para ingresar en la Universidad de Salamanca, donde hizo realidad su sueño al cabo de cinco cursos que recuerda como “magníficos”. Era la primera vez que salía de casa y le deslumbró la oferta cultural y de ocio de la ciudad, de la que disfrutó sin desatender los libros. Intuimos que fue buena estudiante: “Bueno, puesss… la verdad es que sí”, admite entre carcajadas, a lo que añade también riéndose que no se ofrecía esa carrera en Pamplona y se fue a Salamanca “porque era una oportunidad magnífica”. “Y mis padres no me dijeron que no”, añade.
Tiene otra licenciatura, la de Ciencias del Trabajo, que logró en unas circunstancias muy diferentes: compatibilizó los estudios a distancia en la Universidad de La Rioja con la maternidad y su trabajo de orientadora laboral en el Servicio de Empleo del sindicato UGT. ¿Por qué volvió a coger los libros? “Porque era una formación que encajaba muy bien con mi empleo y también con mis inquietudes. Me lo tomé con calma, era un reto y se consiguió”, comenta como si en lugar de ser un logro personal fuera el de un equipo. Aún haría posteriormente un máster en Prevención de Riesgos Laborales, “aunque no he ejercido nunca de prevencionista”.
“Aquí la pandemia fue un tsunami. A mis directores de servicio solo les faltó traerse el saco de dormir”.
En 1997 llegó su estreno laboral. Concretamente en el antiguo Instituto Navarro de Administración Pública (INAP), en un programa para psicólogos del trabajo y las organizaciones. Se adelanta y pronuncia la pregunta que íbamos a hacerle: “¿Qué era eso?”. Nos explica que terminó la carrera en junio y, en septiembre, superó las pruebas de una convocatoria del Gobierno de Navarra para psicólogos que querían especializarse en temas de organizaciones con el fin de trabajar en el INAP. Eran contratos de prácticas durante dos años. Conforme al programa, fue rotando por los diferentes servicios y trabajó junto a psicólogos del Gobierno. “Fue magnífico, de ahí han salido muchos directores de recursos humanos y profesionales de la consultoría. La verdad es que gran parte de los que entrábamos en ese programa salíamos con ofertas laborales”.
En su caso, fue contratada por una consultoría de recursos humanos, Sinergium, y en 2002 aterrizó en UGT como orientadora laboral y directora del Servicio Empleo: “Mi identificación con la base ideológica del sindicato era clara, y también con la del Partido Socialista. Conocía a gente de UGT, que me ofreció la posibilidad de entrar a trabajar con las personas desde otro punto de vista, no tanto empresarial o de recursos humanos, sino más social: con gente en situación vulnerable y con graves dificultades de inserción… Me apetecía explorar un área en la que no había trabajado porque iba a ampliar mi mirada”.
Sin embargo, en 2014 el sindicato anunció un ERE que incluía a Miriam Martón, y la empresa en la que UGT había externalizado algunos servicios, Acción Laboral, le ofreció un empleo. “Empecé sola preparando subvenciones, licitaciones para el Gobierno de Navarra… Cuando me fui ya había unas 25 personas en el equipo”, rememora.
Su vocación social le condujo, en 2018, a ser la coordinadora del Equipo de Mediación Intercultural del Gobierno de Navarra en Cruz Roja. Nuevamente la pregunta, ¿qué es eso? “Pues un servicio puesto en marcha por el Gobierno hace muchos años. Cuenta con mediadores de diversos países, que ayudan a las personas migrantes en el proceso de inclusión social en nuestra tierra. Encuentran muchas barreras: el idioma, claves culturales… y se les apoya”. Y de allí pasó, directamente, al despacho en el que nos encontramos, el de la directora gerente del Servicio Navarro de Empleo-Nafar Lansare (SNE-NL). “Cuando me lo ofrecieron, pensé que era un reto y una oportunidad increíbles, y una enorme responsabilidad. Tanto que me preguntaba si sería capaz”.
“Estar en la Administración te permite entender que no hace las cosas de manera gratuita”.
Consultó con allegados y colaboradores, que le convencieron con argumentos como que había afrontado retos laborales muy diferentes en lugares muy diferentes y siempre “había tirado para adelante”. “Además, conoces perfectamente las políticas activas de empleo y el SNE-NL”, le dijeron.
“Toda mi vida profesional había trabajado para el servicio desde UGT y Acción Laboral. No entraba a un sitio desconocido sino a un organismo que, desde fuera, pensaba cómo podía mejorarse, y me daban la oportunidad de hacerlo”, rememora Martón. Por eso, no le ha resultado tan difícil pasar del lado sindical, digamos que reivindicativo, a dirigir el ente muchas veces destinatario de esas reivindicaciones: “Estar en la Administración te permite entender que no hace las cosas de manera gratuita, que debe ajustarse a unos requisitos que es obligatorio cumplir”.
Esas personas que la animaron elogian su trato cordial, capacidad de trabajo en equipo, iniciativa, empuje, ganas… Le decimos si se identifica con esos calificativos y sonríe, pudorosa, para despejar el tiro al apuntar que tiene experiencia construyendo y liderando equipos de trabajo y gestionando proyectos. “Ese es mi punto fuerte. Diría sin falsa modestia que soy una persona que sabe cuidar y motivar a esos equipos, dirigir su trabajo para conseguir unos objetivos”.
RESPONDER A LA PANDEMIA
Deja claro que no ha llegado a dirigir el SNE-NL por su trayectoria política, que es inexistente, o mejor dicho era inexistente. “Porque he entrado ahora en la Ejecutiva del PSN como secretaria de Empleo”, matiza para ensalzar acto seguido al equipo de funcionarios a su cargo: “¡Buf! No podría hacer nada sin ellos. Son excelentes, de verdad, cualquier gerente que haya pasado por esta mesa creo que dirá exactamente lo mismo”.
En este punto, alude al trabajo desarrollado durante la fase más dura de la pandemia. “A mis directores de servicio solo les ha faltado traerse el saco de dormir, sin horarios”, resalta. Aprovechamos para pedirle que recuerde aquellos días, a lo que responde elevando la vista y suspirando: “Tuvimos que cerrar las agencias de empleo y suspender toda la formación, pero teníamos que seguir pagando salarios de personas con discapacidad en los centros especiales de empleo y empresas de inserción… Había temas delicados y aquí estaban todos a mi lado, a pesar de estar al borde del agotamiento. Eso no tiene precio”.
Martón continúa con su relato. “Fue un tsunami. Vivíamos una situación en la que los ciudadanos necesitaban respuestas, querían encontrar a alguien al otro lado del teléfono que les atendiera y resolviera sus problemas, porque a veces confundían el SNE-NL con el SEPE o el Servicio de Trabajo. Así que multiplicamos las líneas e intentamos hacer todo lo que estaba en nuestra mano para colaborar con esos organismos que realmente estaban desbordados”.
“Diría sin falsa modestia que soy una persona que sabe cuidar y motivar a los equipos”.
El Covid-19 entorpeció los cursos de las políticas activas de empleo, que el SNE-NL consiguió sacar adelante a base de ingenio y con resultados espectaculares. “En esas condiciones fuimos capaces de dar formación a más de 13.000 personas y desplegar más de 800 cursos. ¿Cómo? Con fórmulas no presenciales en muchos casos. Cuando comenzamos, creo que no teníamos ni 50 suscriptores en el canal de YouTube, pero ahora estamos por encima de los 2.000. En plena pandemia y de la mano de los ayuntamientos llevamos aulas móviles para dar cursos de competencias digitales en un momento que eran imprescindibles. Así llegamos a más de mil personas. ¿Qué hicimos? Responder con agilidad, reinventarnos, ser flexibles y ser conscientes de que lo que no podíamos hacer en una situación así era parar“.
La pandemia tampoco ha podido impedir que el SNE-NL haya tenido un papel protagonista en la gestación del nuevo Plan de Empleo, concretamente en la parte referida a las políticas activas de empleo. “No fue fácil negociarlo por videoconferencia, el esfuerzo realizado por todos los firmantes es ingente”. También han salido adelante las escuelas sectoriales, entre otras iniciativas de calado. “Es uno de los proyectos de los que nos sentimos más satisfechos, atestigua.
Desde que llegó al puesto, una de sus obsesiones era que la entidad se acercara a las empresas. “Y como tenemos sobre todo pymes y microempresas, quería dirigirme a las sectoriales para darles respuesta a lo que realmente necesitan. No puede ser que tengamos miles de personas desempleadas y, a la vez, puestos de trabajo que no se consigue cubrir“.
A propuesta del Servicio de Desarrollo de Competencias Profesionales, se planteó la posibilidad de crear unas escuelas sectoriales, donde los jóvenes recibieran formación con un compromiso de contratación del 40 %. “Ya no les ofreces solo un curso, sino una oportunidad de trabajo. Y, a la vez, das respuesta a empresas para las que es complejo encontrar trabajadores, como las de hostelería, transporte, construcción…”, especifica.
El panorama económico es complicado, con carencias en los suministros que entorpecen la actividad de muchas compañías, encarecimientos desbocados de los costes de las materias primas y la electricidad… Y, sin embargo, desciende el número de personas sin empleo. ¿Alguna explicación? “Me gustaría poder decir que es gracias a las políticas activas de empleo, pero tenemos que ser realistas. Hay un montón de factores que determinan los datos del desempleo. Pero lo cierto es que en Navarra estamos en una situación muy esperanzadora tras nueve meses consecutivos de descenso del paro registrado. Y lo que más me ilusiona es que nunca había habido tanta gente afiliada a la Seguridad Social, trabajando. ¡Y en noviembre hemos batido el récord de contratación indefinida! Es una alegría tremenda porque nuestro objetivo es generar empleo, pero de calidad. Y a eso ayudamos con las políticas activas de empleo”.
“Si elegí estudiar Psicología no fue por casualidad, sino porque mi vocación era la de entender a los demás y ayudarles”.
Y si el panorama actual es difícil, el futuro se antoja bastante incierto con la descarbonización, la electrificación o la digitalización de por medio. Todos debemos ir previendo cómo prepararnos para lo que viene, y el SNE-NL también. “Claro, un servicio público de empleo tiene que ser proactivo siempre y ahora mucho más. Esa es la ruta que nos marca el Plan de Empleo, que se flexibiliza para adaptarse a estas nuevas situaciones, para unas políticas activas de empleo que tienen que anticiparse y acompañar toda la transformación ecológica y digital. Son los dos apellidos que tienen los fondos europeos que ha recibido este organismo. Pero incluso anticipándonos a la llegada de estos fondos, diseñamos un plan de capacitación en competencias digitales dirigido a todas las personas trabajadoras, apostando decididamente por esos dos objetivos: lo digital y lo verde”.
Lo ha dicho antes, tuvo que compatibilizar estudios, trabajo y maternidad. ¡Solo faltaría que la directora gerente del SNE-NL tuviera que reconocer ahora dificultades para conciliar vida familiar y laboral! Ríe abiertamente y niega con la cabeza. “Aunque nos queda mucho camino por recorrer, por supuesto que hemos avanzado. Pero el desempleo sigue teniendo rostro de mujer, los techos de cristal aguantan y ahí están las brechas de género en muchas circunstancias. En la pandemia hemos visto cómo muchas mujeres han dejado de trabajar para cuidar a familiares volviendo al rol que se nos ha asignado históricamente… Personalmente, yo me apaño bien. Mi marido y yo nos complementamos para atender a nuestros dos hijos, que ya son mayorcitos”.
Hace una pausa antes de lanzar una última reflexión. “Tenemos que echar el resto porque la mujer está infrarrepresentada en sectores estratégicos como la industria. Eso no puede ser, las profesiones STEM siguen estando muy masculinizadas, por eso en el Plan de Empleo hay medidas que van en esa dirección”.