viernes, 29 marzo 2024

Tres, dos, uno… Rosa García

El sector audiovisual navarro comienza a resurgir tras las dificultades vividas por la pandemia y quiere aprovechar ese impulso para seguir creciendo, como lo hacía antes de la irrupción del Covid-19. Una evolución en la que juega un papel muy importante la presidenta de su clúster, Rosa García, quien además ocupa el mismo cargo en la red nacional que integra a los clústeres del país: Redcau. Mientras trabaja en la producción de documentales y cortos, charla con NavarraCapital.es de un futuro que pinta con los trazos optimistas de proyectos, propios e institucionales, que buscan resaltar el nombre de la Comunidad foral como un espacio de creación audiovisual.


Pamplona - 19 junio, 2021 - 00:02

Artículo patrocinado por BANCO SABADELL

Rosa García es la presidenta de los clústeres audiovisuales españoles. (Fotos: Ana Osés)

Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra. Y eso es a lo que se dedica, pero su currículum añade que además es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología. “Las dos carreras me gustaban mucho y, cuando terminé la primera, vi que la UNED tenía esa doble licenciatura. Nunca pensé en trabajar como socióloga ni como politóloga, aunque uno de los trabajos que he desempeñado me salió precisamente por ser licenciada en Políticas. Pero sí, hice esa carrera porque siempre me había interesado, no tenía claro lo de hacer un máster así que probé en la UNED y la verdad es que me fue muy bien”. Por otra parte, dice que la Sociología, al ser una disciplina amplia, le ha proporcionado “habilidades de trabajo, herramientas y conocimientos que puedes utilizar en cualquier profesión”.

Rosa García Loire nació hace 43 años. “Toda la infancia la pasé entre Ansoáin, donde viví hasta que me independicé; la Chantrea, porque estudié en Irubide; y la Rochapea”. Una chica de barrio. “Tal cual”, confirma riéndose. Son lugares que han cambiado totalmente desde entonces y juntos recordamos choperas, campos de cereal y casas con huertas, ahora sustituidas por bloques de viviendas. “No existía la variante y nos tirábamos con plásticos por la nieve desde la ladera del monte casi hasta el portal de casa”, dice con una pizca de nostalgia. “Tengo la sensación de no haber vivido una infancia de ciudad, de haberme movido en un espacio mucho más recogido”.

“Siempre he estado en el lado de la gestión. Y la verdad es que, hasta ahora, no he tenido la tentación de pasarme al de la creación”.

Tras terminar la carrera, hizo prácticas en la productora Tagomedia, dispuso de una beca para encargarse de la comunicación institucional de una facultad de la universidad y trabajó en otra productora, Estudio 4, que elaboraba noticias de Tierra Estella para el centro territorial de TVE. “Cuando terminé allí, como no había hecho Erasmus sentía cierta necesidad de pasar un tiempo fuera y me fui un año a Polonia como voluntaria para estar con niños. Al volver, entré en una empresa de organización y producción de eventos y ya he seguido por esa línea”. Trabajó en la productora Arena, en los festivales Punto de Vista y de Danza Contemporánea o en el 948 Merkatua, antes de fundar con una socia Arroska, una empresa de servicios audiovisuales: “Nuestros proyectos empezaron a diferenciarse y la disolvimos, aunque seguimos teniendo una relación estupenda”. Rosa siempre ha estado en el lado de la gestión. ¿No le ha tentado pasarse al de la creación? “Puesss… la verdad es que, hasta ahora, no”.

Actualmente es directora de producción de 601 Producciones Audiovisuales. “Hacemos un poco de todo, trabajamos por encargo, para empresas, instituciones… y también en proyectos propios”. Están terminado el documental ‘Ainarak’, sobre las mujeres que cruzaban los Pirineos para ir a trabajar en fábricas francesas de alpargatas. “Tenemos en producción un cortometraje con Natxo Leuza, que es el director del documental sobre el Drogas, estamos rodando otro documental y damos vueltas a un par de proyectos ya para el año que viene”.

NO HAY FICCIÓN

Lo dicho, se producen documentales de temática biográfica y etnográfica, históricos, pero no hay ficción. Rosa García dice que así es, pero que eso no supone ningún demérito. “Tenemos una tradición documentalista importante. De aquí han salido y salen grandes documentales que han ganado premios y han alcanzado una notable repercusión nacional. Además, organizamos un festival de documentales, Punto de Vista, que es referente a nivel nacional… Creo que todo eso ayuda a que exista un cierto caldo de cultivo, aunque también contamos con directores que han hecho ficción y han rodado aquí. Todos tenemos en la cabeza a Montxo Armendáriz o Félix Viscarret, por citar dos ejemplos”.

El sector audiovisual vuelve a dinamizarse tras la pandemia, según Rosa García.

Es una defensora del asociacionismo, basta con repasar su currículum para saberlo. Rosa García presidió Napar, la Asociación de Productoras y Profesionales del Audiovisual en Navarra, y en diciembre de 2019 fue elegida presidenta del clúster audiovisual, Clavna, aunque precisa que lo es en representación de Napar, una de sus entidades fundadoras.

Además, acaba de ser nombrada presidenta de la Red Española de Clústeres Audiovisuales (Redcau). “Con la pandemia, hemos visto que todos teníamos problemas muy parecidos y que era necesario que nos uniéramos para tener una interlocución válida con las instituciones estatales”. Tradicionalmente ha sido un sector muy atomizado, más en territorios pequeños como Navarra. “Por eso pienso que es importante la unión, nos da más peso en esa interlocución -insiste -. Y, si nos vamos conociendo productoras y profesionales, es más fácil que salgan proyectos”. Integran la red cinco clústeres: los de Galicia, Cataluña, Canarias, País Vasco y Navarra. Madrid no lo tiene. A raíz de la presentación de Redcau, “se nos están acercando otros, al fin y al cabo es una política propia de los clústeres el establecer alianzas a nivel nacional”.

“Estamos consiguiendo tener una marca, hacernos un sitio y que Navarra suene como espacio de creación audiovisual”.

Llama la atención que sea una navarra la que esté a la cabeza de Redcau porque, aunque la Comunidad se va haciendo con un nombre en el sector audiovisual, aún está a mucha distancia de regiones cuya relación con este mundo viene de muy lejos y poseen una industria creativa más desarrollada. Como cada vez que le hacemos una pregunta, Rosa García escucha con atención y demora la respuesta unos segundos: “Es verdad que, en cuanto a cantidad de producción, hay otros que están muy por encima nuestra. Pero creo que para una región como Navarra, la representación que tenemos en el clúster, en Clavna, es interesante. Estamos por encima de los 40 socios. Desde marzo de 2020, ha aumentado su número un 40 %“.

Acto seguido, completa su razonamiento: “Nos pareció que había varias razones para que Navarra ostentara la presidencia. Por una parte, yo soy la única mujer al frente de uno de los clústeres y consideramos que era importante dar visibilidad a las mujeres. Además, aquí están pasando cosas interesantes, el clúster tiene dentro a Napar, la Film Commission, el Consorcio Eder, ADItech, las dos universidades… Vaya, que tenemos un buen ecosistema”.

SE RUEDA

El sector cultural, y dentro de él las empresas creativas, ha sido uno de los que más han sufrido las consecuencias de la pandemia, que llegó en un momento en el que vivían una fase de expansión. Ahora parece volver a la actividad, ¿es así? Hace un gesto afirmativo y dice que aprovecharon el confinamiento para diseñar nuevos proyectos. “Conforme hemos contado con protocolos de seguridad que han permitido regresar al trabajo, han ido desarrollándose. Rodajes que se habían paralizado, tanto de productoras navarras como de fuera, se han reanudado. La cosa va, sí”, admite de nuevo asintiendo con la cabeza.

De hecho, han regresado a Navarra los rodajes. Estos días ha estado por aquí Ángeles González Sinde dirigiendo algunas escenas de su próxima película. Vienen atraídos por una normativa y una infraestructura “que invita a que se ruede en Navarra y se levanten proyectos”. En este sentido, “la Film Commission tiene esa labor de informar y traer rodajes, y tanto Clavna como Napar están siempre dispuestos a incorporar sus profesionales a esas iniciativas”. Al ser una comunidad pequeña, “contamos con una administración bastante cercana y accesible, en la que es fácil identificar a quién te tienes que dirigir en cada caso, eso también ayuda”.

“Tenemos que reivindicar nuestro papel en el sector audiovisual, que se vea que en Navarra hay mujeres que trabajan muy bien”.

Las que se filman aquí, en general, no son superproducciones que permitan sostener una verdadera industria cinematográfica. Y quizás nos falta darnos más a conocer internacionalmente, aventuramos. “Puede que otras normativas sean más interesantes para los rodajes internacionales que la navarra. Tenemos una incentivación fiscal que va por el Impuesto de Sociedades, no por la exención de tasas”, nos advierte. No obstante, afirma que “estamos consiguiendo tener una marca, hacernos un sitio y que Navarra suene como espacio de creación audiovisual. La internacionalización cuesta más, pero también es cierto que desde el clúster creemos que el crecimiento del sector tiene que ser orgánico. Sí a que lleguen proyectos, pero los de aquí deben desarrollarse”.

Rosa García cree en las posibilidades de Navarra como foco de producción y rodaje de películas.

La licenciatura en Comunicación Audiovisual es una vía para llegar a un sector en el que trabajan personas de profesiones muy diversas que, en algunos casos, tienen que marcharse fuera para gozar de oportunidades. Según su presidenta, uno de los proyectos estratégicos del clúster es, precisamente, el plan de formación. “Hay grados de FP en centros privados homologados, estudios más dirigidos a la animación en la escuela de Arte de Corella, algunas cosas de sonido y dj… Pero existen carencias. Por eso, el clúster y el SNE-NL colaboran en la línea de ver qué perfiles son necesarios para el desarrollo del sector y cómo podemos disponer de esa formación. Es que son dos cosas que van ligadas, habrá que ver cómo evoluciona para ir planteando nuevas necesidades formativas“.

Uno se imagina que los productores y productoras tienen horarios un tanto difusos y bastantes viajes. Si a eso le sumamos las obligaciones derivadas de los cargos institucionales y el hecho de tener una hija de seis años a su cargo, como es el caso de Rosa, actualmente soltera, la conciliación puede parecer difícil ‘a priori’. Pero esta mujer, que mira la vida desde el punto de vista positivo que le ha dado el haber superado una grave enfermedad, dice que no es para tanto: “Bueno, al final necesitas ayuda. Yo tiro de mi madre. Y como de algo me tiene que valer ser la directora de producción, intento cuadrar las cosas para ajustarlas a los horarios de mi hija“, confiesa con una sonrisa Y cuando le preguntamos qué serie está viendo actualmente, resopla. “¡Uy, es que veo tan pocas! Acabo viendo Bob Esponja con ella”, admite entre carcajadas.

“Rodajes que se habían paralizado, tanto de productoras navarras como de fuera, se han reanudado. La cosa va, sí”.

Hablando en femenino, apunta que en el sector “todavía faltan” mujeres. “Durante mucho tiempo, solo estábamos en los equipos de producción, aunque las cosas van cambiando. Es verdad que cada vez hay más editoras, mujeres cámaras… Pero hay que dar un impulso al acceso a puestos clave, a direcciones de equipo que vayan más allá”. Por eso, entre otras cosas, aceptó dar el paso de asumir las presidencias del Clavna y de Redclau. “Porque hay que reivindicar nuestro papel en el audiovisual. Es importante que se nos visibilice y que se vea que en Navarra hay mujeres que trabajan muy bien“.

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