domingo, 28 abril 2024

Mirian Otxotorena se despide de CPAEN

Regresó al pueblo de sus ancestros para abrir una casa rural y poner en marcha una quesería. Ese trabajo incansable le llevó a la Presidencia del Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra en febrero de 2021. Ahora, tras la polémica aprobación del Decreto Foral que según CPAEN/NNPEK "restringe" sus funciones, ha optado por no presentarse a la reelección. De hecho, Otxotorena admite que este episodio le ha dejado "desencantada". A partir del 13 de abril, centrará toda su energía en los proyectos que llenan su vida en Iturgoyen.


Pamplona - 7 abril, 2023 - 00:02

Otxotorena tenía 39 años cuando fundó la quesería Axuribeltz en Iturgoyen. (Fotos: Maite H. Mateo)

Como el hijo pródigo que regresa a casa, Mirian Otxotorena también volvió al lugar en el que habitaban sus ancestros. “Mis padres nacieron en Iturgoyen y mi padre de joven fue ganadero. Pero al final, como tanta gente de los pueblos, emigraron a Pamplona en los años sesenta. Allí hicieron sus negocios y nací yo. Solíamos ir al pueblo algún fin de semana, durante todo el mes de agosto y poquito más. Soy urbanita”, expone. Parece que haberse criado en la ciudad fue algo meramente circunstancial, un paso previo, quizá necesario, a ese salto que más adelante le llevaría a ganarse la vida con el oficio de sus antepasados.

Otxotorena (Pamplona, 1972), a la que “desde siempre” le ha gustado “todo el tema de los animales y de la tierra”, cursó estudios de Ingeniería Técnica Agrícola en la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia, centro adscrito a la Universidad de Zaragoza. Al acabar la carrera, ya sabía que quería asentarse en Iturgoyen junto a su pareja. Y, durante un tiempo, optó por trasladarse a diario hasta la capital navarra para acudir al trabajo. Todo eso cambio cuando dio a luz a su primer hijo. La maternidad le invitó a ver las cosas desde otra perspectiva. “No era muy compatible vivir en el pueblo y andar con los críos en el coche de arriba a abajo”, confiesa.

De la mano del padre de sus dos hijos puso en marcha la casa rural Casa Nabarro, que todavía regenta. No obstante, el negocio no saciaba toda la sed que tenía de construir un proyecto vital en Iturgoyen. “Estaba explorando qué podía hacer para ganarme la vida. Buscaba algo que me permitiera quedarme en casa, que me gustara y que pudiese manejar. Por la zona en la que nos encontramos -explica-, al final pusimos unas yeguas y un rebaño de ovejas y luego nos iniciamos con la transformación de la leche”.

Aquello que comenzaba entonces a gestarse es hoy la quesería Axuribeltz, que Otxotorena fundó cuando tenía 39 años. “Era y es una ilusión el hecho de poder estar en el sitio donde has elegido vivir y haciendo lo que te gusta. Dificultades se tienen un montón: falta de experiencia y de conocimiento, trabas burocráticas… Te vas encontrando un montón de obstáculos por el camino y tienes que renunciar a muchas cosas para llevar a cabo este sueño, pero también tiene una parte muy bonita. Ahora, por ejemplo, uno de mis hijos ha dicho que quiere continuar el negocio. Ver que se puede y que alguien quiere continuar lo que has iniciado tú es ilusionante”, resalta.

«Uno de mis hijos ha dicho que quiere continuar el negocio. Ver que alguien quiere continuar lo que has iniciado es ilusionante»

Su entusiasmo reside, entre otras cosas, en la certeza de que todos los días en el campo son diferentes: “El trabajo tiene sus imprevistos de todo tipo, pero también te deja hacer productos nuevos y estar en contacto con el exterior. El ritmo no es igual durante el año, cambia mucho según la estación. Ahora estamos en una época muy intensa, de ordeño y elaboración, pero llegará julio y subiremos al monte a ver el ganado. Vamos en sintonía con los ciclos de la naturaleza y de la luz”. Quien nos habla no es, en todo caso, una especie de ermitaña que se refugia en su pequeño paraíso personal. De hecho, uno de los aspectos que más valora Otxotorena de este oficio es el contacto con sus semejantes. “Poder hacer la venta de manera directa posibilita que entables relación con personas muy diferentes y descubras cómo piensan”, valora.

ESPÍRITU ECOLÓGICO

Desde sus orígenes, la iniciativa abanderada por Otxotorena tuvo vocación ecológica. Por eso, antes de empezar a vender sus quesos -posteriormente ha incorporado otros productos a su oferta, como el requesón-, acudió al Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra / Nafarroako Nekazal Produkzio Ekologikoaren Kontseilua (CPAEN/NNPEK) para obtener los certificados correspondientes.

A la entidad estuvo relativamente vinculada desde entonces, sobre todo gracias a la celebración de mercados y ferias que aglutinan a pequeños productores dentro de la Comunidad foral. Hasta que, en febrero de 2021, asumió la Presidencia del consejo, relevando así a Edorta Lezaun. Su predecesor llevaba siete ejercicios en el cargo cuando lo abandonó por motivos personales y le tocó a Otxotorena -quien figuraba en la lista del sindicato Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna (EHNE)– dar un paso al frente.

Nuestra entrevistada continuó la línea de trabajo impulsada por el expresidente de CPAEN/NNPEK, que hace énfasis en la necesidad de incluir productos de proximidad y respetuosos con el medio ambiente en nuestros platos. “Queremos salirnos de esa lógica global de mover mercancías por todo el mundo, que la población ponga cara a lo que come y consuma los productos que se producen en su territorio”, afirma.

«Queremos salirnos de esa lógica global de mover mercancías por todo el mundo, que la población ponga cara a lo que come y consuma los productos que se producen en su territorio»

Esa aspiración está directamente relacionada con una directriz europea a la que Otxotorena ha hecho mención en ocasiones anteriores. De cara a 2030, Bruselas espera que al menos el 25 % de la superficie agrícola cultivada en los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea se dedique a la producción ecológica.

“Estos objetivos indican el camino a seguir, pero no solo porque la agricultura tenga que ser así, sino sobre todo por la situación de crisis climática que vivimos y que exige darle una vuelta a la manera en la que producimos alimentos”, remarca.

¿Cómo se prepara la Comunidad foral para tal reto? “Ahora mismo, estaremos rondando el 8 %”, responde. Ese porcentaje choca con las cifras de otras regiones, como Cataluña o Andalucía, que a principios del año pasado ya contaban con una superficie agraria útil en ecológico del 24,8 % y 22 %, respectivamente.

Son cifras que nos obligan a preguntar qué tiene que hacer Navarra para no quedarse rezagada en esta carrera. Para Otxotorena, se trata de un problema complejo que debe abordarse desde dos perspectivas diferentes. En primer lugar, la fundadora de Axuribeltz subraya la necesidad de “acompañar” a agricultores y ganaderos ya establecidos que deseen reorientar su actividad dentro del sector: “Debemos ayudarles a hacer esa transición de ir reduciendo el número de cabezas de ganado, enseñándoles otro tipo de prácticas de abonados en los campos y de tratamiento de pesticidas. Esto se puede hacer -defiende- porque aquí estamos unos cuantos que lo hacemos. No es una cosa imposible”.

Al margen de la quesería, Otxotorena (Pamplona, 1972) regenta una casa rural en su pueblo.

Al margen de la quesería, Otxotorena (Pamplona, 1972) regenta una casa rural en su pueblo.

Por otro lado, la ganadera insiste en la necesidad de que las instituciones públicas conciban lo ecológico como un requisito y no como un simple añadido al etiquetado de los alimentos. “Los poquitos jóvenes que se instalan deben hacerlo en ecológico porque, una vez que alguien ya se iniciado en un modelo, es más difícil hacer esos cambios. Debería ser una condición. Si queremos que avance la ecológica, desde las administraciones no se pueden subvencionar las dos agriculturas. De lo contrario, siempre saldrá ganando la intensiva y tradicional”, defiende.

«RESTRICCIÓN» DE FUNCIONES

Esa es solo una de las batallas a las que se ha enfrentado dentro de CPAEN/NNPEK. En diciembre del pasado ejercicio, alrededor de sesenta profesionales de la agricultura ecológica navarra se movilizaron para denunciar el intento de “privatizar” este tipo de certificación. Aunque esa medida no se ha materializado hasta ahora, critican que el nuevo Decreto Foral 13/2023 -aprobado en marzo- sí recoge entre sus puntos que CPAEN/NNPEK deberá adquirir la certificación ISO 17065, “ya exigida en las comunidades autónomas del entorno como País Vasco, Aragón, La Rioja o Cataluña” según alega el Gobierno foral. Esta norma, que establece “la incompatibilidad de la función de asesoramiento con ser la autoridad de control”, ha provocado el rechazo del colectivo.

“Que CPAEN se quede solo como mero consejo de control y certificación y promoción de los alimentos hace que se pierda el encanto por el trabajo. Nosotros -incide Otxotorena- entendíamos el asesoramiento como esa parte de aconsejar a los operadores a la hora de juntarnos, de cómo fijar sus precios para que les salga rentable, de cómo organizarnos para la producción y el suministro de frutas y hortalizas… Lo que realmente nos motivaba era poder crear estructuras y avanzar en el sector ecológico en Navarra. Se nos ha cerrado esa puerta”.

Sin abandonar el tono prudente que le acompaña durante toda la entrevista, la fundadora de la quesería Axuribeltz no oculta que su «desencanto» le empujó a no volver a presentarse como candidata a la presidencia de la entidad. Tras las elecciones del pasado 30 de marzo (UAGN fue el sindicato con mayor representación), CPAEN/NNPEK contará con un nuevo presidente o presidenta a partir del 13 de abril.

«Desmotiva ver que, por mucho que pelees, la administración está muy cerrada y no escucha ni hace las reflexiones necesarias»

“Al final sientes desgaste, cansancio y decepción, ya que no vas a poder realizar el trabajo que venías haciendo. Desmotiva ver que, por mucho que pelees o tengas unos ideales, la administración está muy cerrada o funciona a su ritmo y no escucha ni hace las reflexiones necesarias. Es un ‘ordeno y mando’ y eso quema a nivel personal”, reflexiona.

Con esa misma franqueza, destaca que, aunque el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente permitió a la entidad “realizar aportaciones” al proyecto de decreto que entonces barajaba, aquello no fue más que “un trámite de cortesía”. En el diálogo entre ambas partes, a su juicio, faltó incluir a “todos los agentes implicados en el sector, que tienen derecho a opinar sobre cómo quieren gestionar el territorio y la alimentación en Navarra”.

Todavía nos queda algo por saber: si CPAEN/NNPEK no puede realizar su labor de asesoramiento -el organismo ya “despidió a tres personas” dedicadas a esta línea de negocio y actualmente cuenta con “unos quince” trabajadores-, ¿quién asumirá estas funciones? “En un futuro, creo que nos tendremos que organizar entre nosotros. Espero que desde el sector seamos capaces de crear una estructura independiente y que tengamos libertad para crear y hacer nuestras cosas”, afirma.

Por lo pronto, eso sí, Otxotorena volverá “gustosamente” a dedicar todas sus energías a Axuribeltz y al cuidado de su rebaño de ovejas latxas y sasi ardi, que pastan en las sierras de Urbasa y Andía. Son casi las 19:30 de un viernes cuando nos despedimos. Nosotras no tenemos claro si queremos pasar la noche apalancadas en el sofá o salir a tomar algo. Para Mirian Otxotorena, en cambio, la jornada no ha terminado. En cuanto le digamos adiós, volverá a su fábrica: “Ahora me toca hacer el queso”.

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