La entrevista en Capital Directo al consultor internacional y exministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, se puede resumir en tres puntos clave. Durante su intervención en este espacio informativo de NavarraCapital.es, que cuenta con el patrocinio de Banco Santander, diseccionó la situación de incertidumbre a nivel nacional e internacional. Pero, además, completó su análisis con una visión particular sobre Navarra y su futuro más inmediato.
“Si este Gobierno hubiera tenido claro los apoyos que necesitaba, no tendría que haber regalado bazas políticas a Bildu, provocando un cabreo innecesario en otros sectores políticos y de la población”.
A nivel nacional, dijo que “lo peor ya pasó en el segundo trimestre“. Y aunque reconoció que la salida de la crisis no será fácil, puso sordina a las últimas previsiones de la OCDE. Dicho organismo internacional rebajó este martes en casi cinco puntos el pronóstico de crecimiento lanzado por el Gobierno central para 2021 (5 % frente al 9,8 %).
Además, señaló que la economía española no alcanzará los niveles previos a la pandemia hasta 2023. Pero para Solchaga, este tipo de predicciones “son un riesgo y más en la situación actual” porque “es muy difícil hacer un pronóstico y saber dónde nos quedaremos“.
Pese a todo, consideró que la próxima aprobación de los Presupuestos Generales del Estado es una buena noticia en ese camino hacia la recuperación. Aunque, a la hora de analizarlos, hizo una distinción entre la parte económica y la política.
“Acallar las discrepancias (en el PSOE) es un disparate. La libertad es necesaria”.
Por un lado, enfatizó que las cuentas públicas aportarán “estabilidad para los próximos dos años”. Y, en clave política, justificó el apoyo de ERC porque “era inevitable“. Mientras que, respecto a Bildu, se mostró más crítico: “Nadie me ha explicado la contrapartida que ha obtenido y, si es secreta, no la conozco. Si este Gobierno hubiera tenido claro el número de diputados cuyo respaldo necesitaba, no tendría que haber regalado lo que parecen bazas políticas a Bildu, provocando un cabreo innecesario en otros sectores de la población y en otros sectores políticos”.
“SIN ALTERNATIVA”
En la vertiente económica de los Presupuestos, también destacó que el incremento de impuestos contemplado “solo” afectará a un grupo de unos 39.000 contribuyentes, por lo que “no va a mermar el impulso fiscal“. También reconoció que los ingresos “pueden pecar de exceso de optimismo” y alertó de que los 27.000 millones procedentes de Europa, incluidos en los gastos, pueden no ser suficientes: “El daño sufrido por muchos sectores ha sido muy elevado“. Por eso, pidió aprovechar la tramitación de las cuentas públicas para introducir dos medidas adicionales en favor de las empresas. La primera, más ayudas a fondo perdido; la segunda, usar los créditos “de 5.000, 6.000 u 8.000 millones que la UE nos va a conceder de forma casi gratuita“.
El exministro de Economía y Hacienda completó su análisis de la situación de España con una visión crítica del Ejecutivo de Pedro Sánchez. “A mí este Gobierno me gusta en algunas cosas, en otras no me gusta nada”, remarcó. Un Ejecutivo de coalición que, bajo su punto de vista, “es francamente mejorable“, pero para el que “no existe alternativa” puesto que “los votos de PP, Vox y Ciudadanos no son suficientes“.
“La capacidad intelectual de muchos políticos es manifiestamente mejorable”.
Sobre todo, lamentó su falta de previsión “para evitar meterse en fregados innecesarios“. Un desafecto que el invitado extendió al resto de la clase política: “La capacidad intelectual de muchos políticos españoles es manifiestamente mejorable”.
En todo caso, negó que exista un hiperliderazgo en el PSOE, aunque sí admitió que, desde la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa, el partido ha concentrado toda la actividad política en su persona. Algo que ya entonces se saldó “con un éxito entre mediocre y escaso”. Por tanto, hizo hincapié en que esa estrategia es “un notable error”. En este sentido, y tras la polémica suscitada recientemente en el seno del partido entre los varones como Felipe González y los dirigentes actuales, Solchaga fue categórico. “Acallar las discrepancias es un disparate. La libertad es necesaria”, sentenció.
NAVARRA Y EL MUNDO
Para el exiministro, el hecho de que la Unión Europea quiera probar las vacunas de Pfizer y Moderna en diciembre y enero apuntan a una clara mejoría. “La situación internacional ha cambiado significativamente debido a tres factores”. El primero, la caída de Donald Trump. “Hará que la política exterior de los Estados Unidos sea más abierta a la cooperación. Y eso animará el comercio internacional y las inversiones”.
“La caída de Donald Trump hará que la política exterior de los Estados Unidos sea más abierta a la cooperación. Eso animará el comercio internacional y las inversiones”.
En segundo término, está la política anticíclica aplicada por la UE. “Algunos de sus países han decidido asumir una deuda histórica para ceder parte de su credibilidad a otros países que tienen menos, como es el caso de España”. Y finalmente el Brexit, que según el exministro socialista “está mucho más cerca de resolverse de una forma no particularmente dramática”.
Con respecto a Navarra, a Solchaga no le extrañó que haya tanta coincidencia entre una presidenta y un Gobierno central socialistas: “Es razonable”. Eso sí, dijo no haber entendido la evolución experimentada por la Comunidad foral en la segunda oleada de la pandemia, “pese al buen sistema sanitario con el que cuenta“. Sobre el futuro, destacó que la región tiene la suerte de contar con un tejido productivo “muy equilibrado”, por lo que “la recuperación será antes y mejor”.