El director general de Sernauto, José Portilla, lamentó este jueves que España, al contrario que Francia y Alemania, todavía no haya terminado de cerrar un plan de reactivación para la automoción, a pesar del momento crítico que atraviesa tras el cierre de las plantas de Nissan en Barcelona, la paralización de la actividad de Mercedes en Álava prevista de cara al mes de agosto o la caída de la producción por encima del 20 % que prevé Volkswagen Navarra, por citar tan solo algunos ejemplos cercanos. “Vamos tarde y nos estamos quedando atrás. Pero no solo en este tema, sino también en otros como el de la descarbonización“, resaltó después de que el país galo haya anunciado una inyección de 8.000 millones de euros y el germano, una de 2.500.
“El escenario en ‘V’ lo tenemos descartado. Volver a la situación pre-Covid19 puede costar entre doce y quince meses”.
Durante su intervención en Capital Directo, espacio de entrevistas en streaming promovido por NavarraCapital.es y patrocinado por Banco Santander, Portillo destacó no obstante que el Ministerio de Industria y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “son sensibles” a las demandas de los agentes productivos. No en vano, la automoción representa el 10 % del PIB nacional y el 9 % de la población activa del país.
De hecho, el pasado sábado Sánchez desglosó las áreas que vertebrarán el plan, basadas a su vez en las peticiones del sector. Pero aún no se ha fijado el presupuesto (en estos momentos, hay quienes hablan de 65 millones de euros para incentivar la compra de vehículos eléctricos y 400 millones para reflotar la industria, aunque son cifras no confirmadas). “Apoyar a la industria de la automoción es garantía de éxito“, resaltó Portilla, quien se mostró convencido de que el plan se concretará “en los próximos días“.
En el encuentro que mantuvo con el director de este medio, Gorka Moreno, el máximo responsable de la Asociación Española de Proveedores de Automoción descartó un posible escenario de recuperación en ‘V’ y estimó que volver a una situación pre-Covid19 puede costar entre doce y quince meses, “siempre y cuando la exportación remonte y no haya una rebrote“. Para lograrlo, apostó por la diversificación de los mercados y por poner el foco en los países del Pacífico con el fin de “paliar la caída de las ventas a Europa”, un mercado que supone ahora mismo el 75 % de las exportaciones que realizan los proveedores de automoción (en 2019, la industria vendió a más de 170 países por valor de 20.750 millones de euros, el 58 % de su facturación total y un 3,1 % menos que en 2018).
“No vemos a Marruecos como una amenaza, sino como una oportunidad. La competencia es buena porque nos obliga a esforzarnos y mejorar”.
Además, Sernauto baraja una caída de la facturación de entre el 20 y el 30 % para la industria de componentes a nivel nacional, tras los 35.822 millones de euros obtenidos en 2019, un 3,6 % menos que el año anterior. Y auguró que el tejido navarro, compuesto por 120 empresas y cuya facturación anual supera los 5.000 millones en total, a priori seguirá la misma tendencia.
COMPETENCIA Y COMPETITIVIDAD
En esta cita, en la que también ha colaborado el Clúster de Automoción de Navarra (ACAN), Portilla demandó fortalecer el mercado interior hasta alcanzar de nuevo los 1,2 millones de vehículos vendidos, al menos como en 2019, y dijo no temer la competencia de mercados emergentes como Marruecos: “No lo vemos como una amenaza, sino como una oportunidad“. En ese sentido, afirmó que “no se pueden poner puertas al campo” y que la competencia es buena. “Nos obliga a esforzarnos y mejorar e incrementar nuestros niveles de competitividad“, remarcó.
“No podemos renunciar a invertir en I+D+i. Si no, estamos muertos”.
Asimismo, indicó que los representantes del sector están realizando un importante ejercicio de concienciación con la Comisión y el Parlamento europeos, de los que esperan que España e Italia, los países más perjudicados, reciban “un plan muy potente e importante de fondos“. Una ayuda que, según él, beneficiará a la automoción.
Ese dinero, bajo su punto de vista, debería aprovecharse para acelerar el proceso de transición ecológica, digitalización, automatización y recargas eléctricas, entre otros temas estructurales. “Nosotros tenemos al respecto una ruta clara y sabemos que existe sensibilidad por parte del Estado para establecer una estrategia país que nos permita ser tan competitivos como somos ahora“, defendió. Una ventaja que achacó a la expansión internacional y a la inversión realizada durante estos años por los proveedores en el campo de la investigación, el desarrollo y la innovación (a la que destinó el 4,1 % de la facturación en 2019, casi el triple que la media industrial). Eso sí, sentenció que si no se sigue la senda de invertir en I+D+i, “estamos muertos“.
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