sábado, 27 abril 2024

Pedro Blanco y Uxua Orcoyen, dos ases del motociclismo ‘amateur’ que ruedan juntos en la vida

La pamplonesa y el madrileño, ambos de 35 años, comenzaron a competir en 2019, un año después de conocerse. Desde entonces, la pareja, que además triunfa en Instagram, ha compaginado su pasión por las dos ruedas con sus trabajos como gerente de Guaw y comercial de BMW dasMoto Navarra, respectivamente. Una andadura en la que han logrado importantes trofeos sin el apoyo de patrocinadores. "Nos costeamos todo. Corremos con lo puesto y lo más rudimentario", apuntan a Capital Sport.


Pamplona - 20 febrero, 2024 - 05:58

La pareja se conoció hace seis años, cuando Blanco entrenaba en el circuito Motorland de Teruel. (Fotos: cedidas)

«En el fondo, creo que hemos buscado en las motos un poco nuestro estilo de vida». «No, Pedro, no. No digas creo. Esta es nuestra pasión». Desde 2019, la pareja formada por la pamplonesa Uxua Orcoyen y el madrileño Pedro Blanco, ambos de 35 años, participa en numerosas competiciones amateurs de motociclismo por toda la Península Ibérica. Y, siempre que pueden, viajan juntos.

En los últimos cinco años, no han dejado de pisar el acelerador. Orcoyen corrió el Pinasco Vespa The Resistance (Zuera) en 2019 y 2023, fue tercera en 2022 y primera en 2023 en el campeonato Open Easy Race y también logró el primer puesto en la BMW RR Cup del año pasado. Todo ello en categoría femenina. Por su parte, el madrileño corre en la categoría Super Bike 1000, donde ha participado en cuatro ocasiones en el Open Easy Race (su mejor clasificación ha sido un sexto puesto) y pilot-ó en la BMW RR Cup en 2023, donde quedó tercero y se impuso a pilotos de Portugal y otras regiones de España.

Pedro Blanco: «La moto siempre ha sido un poco la forma de reivindicarme, de ser rebelde en la adolescencia, de querer volar solo»

Y no solo eso, la pareja cuenta con una legión de seguidores en Instagram. Blanco suma más de 10.000, mientras que Orcoyen supera los 40.000. Pero para ellos, esta red social representa «un álbum de fotos, puro entretenimiento».

Sin embargo, sus inicios en la disciplina fueron muy diferentes. Blanco tuvo su primera scooter a los catorce años: «Al final2, siempre ha sido un poco la forma de reivindicarme, de ser rebelde en la adolescencia, de querer volar solo. En una ciudad tan grande como Madrid, la verdad que conducir mi moto me daba la vida y me sentía un privilegiado».

TERUEL, EL COMIENZO

Poco a poco, fue adquiriendo motocicletas de mayor cilindrada y acudía de forma esporádica a carreras amateurs. Hasta que en 2018, en el circuito Motorland de Teruel, conoció a su pareja: «Yo estaba entrenando y Uxua había ido de visita, por diversión. A raíz de aquello, apostamos por nosotros. Ella tenía la intención de irse a Madrid, pero al final, a raíz del Covid-19, me vi obligado a dejar la marca de ropa de motocicletas que tenía antes. Fui yo el que acabé en Pamplona y comencé a trabajar en el Circuito de Navarra«.

Uxua Orcoyen: «Era aficionada al motociclismo y siempre había querido pilotar una moto. Empecé con 28 años y, al cabo de un año, ya estaba rodando en los circuitos»

Gracias a aquel encuentro, Uxua comenzó a explorar una «pasión que llevaba por dentro»: «Era aficionada al motociclismo y siempre había querido pilotar una moto. Empecé con 28 años y, al cabo de un año, ya esta rodando en los circuitos. En 2019 participé en las 24 horas de Vespas, una prueba de resistencia. Pero no sentí que competía de verdad hasta 2022, cuando Pedro me hizo un regalo envenenado: una invitación para una carrera».

Desde entonces, la pareja se organiza cada año el calendario para acudir a todas las carreras posibles. «La empresa que organiza los campeonatos nos envía un calendario con varios circuitos, y así podemos gestionar todo lo necesario. El año pasado fue el más sacrificado de nuestras vidas, al tener que dedicar tanto dinero y esfuerzo a este deporte. Nosotros tenemos claro que queremos hacer los campeonatos completos, lo disfrutamos más y así podemos participar en la clasificación general», detallan ambos.

CORRER «CON LO PUESTO»

Compaginan «como pueden» su afición con sus respectivos trabajos. Actualmente, Blanco es comercial de BMW dasMoto Navarra, adonde llegó en 2022 tras su andadura en el circuito navarro. Y Orcoyen, desde el año pasado, ejerce como gerente de Guaw, una tienda de alimentación animal de Itaroa, puesto al que llegó tras haberse centrado en el sector de la joyería tanto en Swarovski como en Pandora. “Al final, somos trabajadores, no tenemos patrocinadores y nos costeamos todo. Corremos con lo puesto y lo más rudimentario», confiesan.

Cada uno destina aproximadamente 1.500 euros a cada carrera, pero siempre buscan la forma de reducir al máximo los costes. «Durante años hemos ido adquiriendo herramientas, cosas necesarias para la moto como caballetes, calentadores, equipaciones… Y bueno, este año hice una rifa motera para disputar la última carrera y poder comprarme neumáticos nuevos porque siempre corro con ruedas usadas. Así que a veces tiras un poco de ingenio para conseguir dinero. Nosotros recurrimos a amigos, que llevan la nevera llena de bebida y comida como una familia», detalla Orcoyen.

"Somos trabajadores, no tenemos patrocinadores y nos costeamos todo", apuntan los dos motociclistas.

«Somos trabajadores, no tenemos patrocinadores y nos costeamos todo», apuntan los dos motociclistas.

Orcoyen y Blanco pasan horas trabajando en sus motos para poder pasar las inspecciones previas a la carrera, aunque también se apoyan en especialistas. «Para intentar ahorrar, tratamos de adecuarlas nosotros, pero es inevitable que tengas que pedir ayuda a algún mecánico. Por ejemplo, a diferencia de las motos convencionales, necesitas asegurar los tornillos de la moto con un alambre. También debes introducir una esponja dentro del depósito para que, en caso de caída, no se incendie el vehículo. Y la equipación te la tienen que verificar: que toda las prendas estén bien, sin agujeros, el casco sin golpes y homologado, los guantes sin ningún agujero ni descosido… Todo se revisa. Además, en cada competición hay un premio diferente, que no suele ser económico. Por ejemplo, un año fueron unas ruedas nuevas, que ayuda igualmente. Cada una puede valer 500 euros», especifican.

Pero la preparación no es solo mecánica, sino también física. Durante todo el año, cada uno lleva a cabo su particular entrenamiento. Por un lado, Orcoyen trabaja sobre todo con la bicicleta estática y las pesas, mientras que Blanco se decanta más por el running campo a través: «En cada competición pasamos tres días en la moto, desde los libres y la clasificación hasta las carreras, que constan de trece vueltas (ocho si llueve). Si no nos preparásemos, llegaríamos muertos a la carrera y con agujetas», subrayan.

UNA NUEVA AVENTURA

En 2023, invirtieron tanto dinero en las competiciones que han optado por hacer un alto en el camino y diseñar nuevas aventuras para su futuro más inmediato. Eso sí, siempre sobre dos ruedas. «Este año tenemos un reto: hacer una ruta de navegación. Se trata de pasar cuatro días encima de la moto, recorriendo la Península de una punta a otra. En nuestro caso, lo haremos de noroeste a este. Es similar a viajar con un road book por las dunas de Marruecos. Quién sabe si, en un futuro, acabaremos haciendo rutas por allí», comenta él. «Pero de la moto no nos bajaremos. Eso no lo haremos», apostilla Orcoyen.


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