«Los ojos, chico. Ellos nunca mienten». Con esta frase icónica, Tony Montana, el personaje que Al Pacino interpreta en Scarface (1983), explicaba a su amigo Manny cómo podía identificar cuando le gustaba a una mujer. Y es que la mirada también es capaz de revelar rasgos de nuestra personalidad, nuestro estado de ánimo y, de forma inequívoca, dónde ponemos nuestra atención. El seguimiento ocular centra una nueva industria que busca, entre otras cosas, ampliar las formas de interacción entre usuarios y máquinas o extraer información valiosa del movimiento de los ojos. Por eso, un proyecto de la Universidad de Navarra y la Universidad Pública de Navarra (UPNA) pretende aprovechar este potencial para ahondar en una enfermedad tan compleja como la obesidad.
Existe un obstáculo al usar las herramientas disponibles en el mercado: debido a que son frágiles y costosas, la recopilación de información suele hacerse en el laboratorio. «Es decir, los voluntarios de nuestros estudios no están en su ambiente natural y, además, nos perdemos observar sus conductas en su entorno real, sin la presencia de terceros. Detalles como los elementos distractores que tienen al momento de comer, los alimentos que se sirven o dónde colocan la comida pueden darnos pistas sobre cómo tratar a personas con sobrepeso o prevenir ese riesgo», explica Eva Almirón, doctora en Biología e investigadora en el Centro de Investigación en Nutrición de la universidad.
Quienes deseen conocer más a fondo el proyecto pueden hacerlo a través de este enlace
Por eso, este equipo de investigación contactó con el Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Comunicación de la UPNA, especializado en el desarrollo de tecnología de seguimiento de la mirada «flexible y versátil», según apunta Arantxa Villanueva, investigadora de este grupo: «Siempre hemos trabajado en sistemas que permitiesen seguir el movimiento de los ojos cuando miran a una pantalla, pero la Universidad de Navarra nos propuso no solo crear uno que los voluntarios pudiesen llevarse a casa, sino también el reto de sustituir la pantalla por un plato».
Así, ambas entidades colaboran en el proyecto Portions-4, que investiga la implementación de estrategias pioneras para el cambio de hábitos alimentarios basadas en el control de la ración. Así lo hace a través del desarrollo de este prototipo de seguimiento de la mirada y un algoritmo para predecir el índice de masa corporal según factores de riesgo. Al mismo tiempo, desarrollará un estudio piloto durante seis meses para probar la eficacia de un conjunto de herramientas desarolladas en anteriores proyectos, así como el uso de tecnologías.
La iniciativa está coordinada por ADItech, a su vez agente coordinador del Sistema Navarro de I+D+i (SINAI), y cuenta con financiación del Gobierno de Navarra en la convocatoria de ayudas a centros tecnológicos y organismos de investigación para la realización de proyectos de I+D colaborativos.
INTERVENCIÓN CON CUARENTA PARTICIPANTES
En concreto, la iniciativa se divide en tres bloques de trabajo. En primer lugar, el equipo de la UPNA desarrolló un prototipo del sistema de seguimiento de la mirada con cámaras independientes integradas en una bandeja y, en estos instantes, se encuentra recopilando imágenes en una base de datos. «Desde el primer momento, hemos intentado prescindir de un ordenador para que la persona que lo utilice se lo lleve a su casa y pueda comer donde quiera. Cuando tengamos suficientes imágenes, probaremos un modelo de Inteligencia Artificial (IA) para extraer conclusiones», detalla Villanueva.
Al mismo tiempo, ambos grupos están colaborando para crear un algoritmo con información de proyectos previos del Centro de Investigación en Nutrición, indica Almirón: «Buscamos ver la correlación entre el índice de masa corporal como marcador de riesgo de obesidad y las características individuales como las fisiológicas (edad, sexo), la conducta o las socioeconómicas y culturales. Estamos pidiendo los permisos pertinentes para usar toda esta información, pero hemos empezado a trabajar en posibles algoritmos con alguna de la información que ya podemos utilizar».
Y, como colofón, el equipo multidisciplinar de la Universidad de Navarra lleva en marcha un estudio piloto que ya ha finalizado la fase de recolección de datos inicial. «Contamos con cuarenta participantes que han empezado una intervención de cambio de hábitos dirigida a facilitar la pérdida de peso. Seguiremos su evolución a lo largo de seis meses mientras implementan una serie de pautas de estilo de vida que se recogen en un manual que hemos desarrollado. Cuentan, además, con una serie de instrumentos dietéticos para utilizar en sus comidas y, más adelante, dispondrán también de una app», concreta Iryna Rachyla, investigadora del grupo.
OBJETIVO: ESTUDIO CLÍNICO
En este último punto del proyecto, Portions-4 elaboró quince recetas «saludables y sostenibles» que fueran accesibles al bolsillo de cualquier paciente. Así lo resalta Roncesvalles Garayoa, profesora de Ciencias de la Alimentación y Fisiología en la Universidad de Navarra, quien dirigió este apartado: «Nos basamos en el plato de Harvard y nos apoyamos en el calendario de verduras del Ejecutivo foral para armar cinco platos fuertes con carnes blancas, pescados y huevo, así como variantes para vegetarianos y veganos».
De esta forma, el equipo de la iniciativa espera identificar qué estrategias resultan «económicamente asequibles, prácticas y de fácil uso», así como observar la interacción de las distintas herramientas entre sí. «La idea es que este estudio siente las bases con las mejores herramientas para un estudio clínico oficial con más voluntarios. En última instancia, esperamos poder trasladar las mejores al sistema de salud público y privado», concluye Almirón.