La presidenta del Gobierno foral, María Chivite, esbozó a grandes rasgos la idea en una entrevista publicada por NavarraCapital.es el pasado 14 de agosto. Se trataba de un proyecto de economía circular que el Ejecutivo navarro ya había puesto sobre la mesa a la Dirección de Siemens Gamesa para evitar el cierre de la planta de Aoiz. En concreto, consistía en que la fábrica pasara a centrar su actividad en el reciclaje de palas, una necesidad no cubierta todavía en el sector de la energía eólica.
“Ahora, las palas simplemente se entierran (cuando cumplen su ciclo). Y el Cener, por ejemplo, está investigando al respecto. Este tema interesó a la ministra Teresa Ribera, que lo vio viable”, señaló entonces Chivite.
“Ahora, las palas simplemente se entierran. Y el Cener, por ejemplo, está investigando al respecto. Este tema interesó a la ministra Teresa Ribera”, señaló Chivite en agosto.
La respuesta de Siemens Gamesa fue bastante positiva, aunque se tratara de una iniciativa “a medio plazo”. “La empresa sí puede estar interesada. Le ha gustado un poco, pero no es algo inmediato”, resaltó la presidenta. En un momento en que muchos parques eólicos deben renovarse, esta alternativa parece una interesante apuesta de futuro y “con gran valor añadido” para la Comunidad foral.
Tras el anuncio del cierre de la planta, la Dirección de la compañía no había hablado públicamente sobre esta posibilidad. Pero este jueves, su consejero delegado, Andreas Nauen, dio una pista. El mismo día en que hizo públicos los resultados económicos del ejercicio, que arrojan unas pérdidas de 918 millones de euros, anunció que la compañía está manteniendo negociaciones con el Gobierno foral para “revitalizar” la fábrica de Aoiz, donde trabajaban 240 personas.
Andreas Nauen: “Quizá haya una oportunidad futura en esa planta”.
Aunque no proporcionó más datos, dejó la puerta abierta a un próximo proyecto en la factoría, cuyo cierre fue justificado en su momento bajo el argumento de que no era “competitiva” para producir las “enormes palas” de la nueva generación de turbinas terrestres (onshore), con rotores de hasta 170 metros. “Quizá haya una oportunidad en esa planta. El objetivo es crear un futuro para las ubicaciones donde nos encontramos, en solitario o junto con el gobierno regional u otros socios”, desgranó Nauen.
Poco después, fuentes del Ejecutivo foral consultadas por este medio detallaron que, efectivamente, se trata del mismo proyecto bosquejado por la presidenta navarra durante la entrevista. En él también participarían el propio Cener, el Grupo MTorres y Sodena. “Queda mucho trabajo por hacer, pero esperemos que la iniciativa llegue a buen puerto. Sería una buena noticia para la zona”, agregaron.
El grupo técnico de trabajo prevé diseñar la hoja de ruta de la iniciativa “para enero de 2021”.
Con ese fin, se ha creado un grupo técnico de trabajo entre el Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial, la compañía, Sodena y algún agente más, que está estudiando tanto la tecnología a utilizar como la viabilidad del proyecto industrial, recogido en la Estrategia de Transición Ecológica (‘Navarra Green’). Esta incluye 74 iniciativas, cuyo presupuesto total asciende a 770 millones, que están alineadas con el ‘Green Deal’ europeo y que aspiran a acceder a los fondos Next Generation.
Las fuentes con las que contactó NavarraCapital.es puntualizaron que los plazos del proyecto todavía no están cerrados del todo, pero el grupo técnico de trabajo prevé diseñar la hoja de ruta “para enero de 2021” y ejecutarlo entre el próximo ejercicio y 2026. Y aunque el presupuesto podría sufrir modificaciones, en estos momentos se maneja una cifra aproximada de 15 millones de euros, 4 de ellos de inversión pública.
LA OPCIÓN DESCARTADA
Con motivo de los contactos mantenidos en agosto, el Ejecutivo navarro también planteó una segunda posibilidad a la compañía con el fin de evitar la clausura de la planta. Según recordó Chivite, pasaba por que otros industriales produjeran las palas y que Siemens Gamesa hiciera las veces de compradora: “Había personas interesadas, concretamente dos proyectos industriales. Esa fue la solución rápida e inmediata que planteamos. Pero, ahí, la empresa no quiso ni hablar. Siemens Gamesa tenía muy claro que deseaba cerrar”.
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