Mocho de Arróniz, pelado de Artajona, rojo de Eslava, cabezón de Estella… Navarra cuenta con más de treinta variedades de trigo autóctono categorizadas por INTIA, el Banco de Germoplasma del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón) y el Centro de Recursos Fitogenéticos y Agricultura Sostenible del INIA. Cada una posee características muy concretas, que aportan distintos matices a la hora de hacer pan. Más allá del tiempo de cocción y la sal, el tipo de miga y corteza están influidos directamente por el grano utilizado.
Para impulsar la elaboración y el consumo de estos panes únicos en el mundo, la Eurorregión (la alianza entre Nueva Aquitania, País Vasco y Navarra) financiará con más de 33.778 euros a Hobbea, un proyecto liderado por la cooperativa navarra Hazialdeko. Ese dinero servirá para unificar el conocimiento y la experiencia que la firma tiene en la producción, venta y consumo de pan y trigo ecológicos. «Son variedades previas a la ‘revolución verde’ de 1960, es decir, que no han sufrido ningún tipo de transformación química», apunta a Navarra Capital la coordinadora de Hazialdeko, Lorea Lizarreta.
Esta cooperativa de agricultores se creó en 2020 y cuenta con mil hectáreas ecológicas, quince socios y con el apoyo de INTIA y del Consejo de Producción Agraria Ecológica de Navarra (CPAEN-NNPEK). En concreto, se encarga de acercar a agricultores y consumidores a través de una producción sostenible y respetuosa con el entorno. Además, está especializada en cereales y legumbres ecológicos, que intenta comercializar de una manera más eficiente.
Hobbea garantizará la elaboración de pan ecológico navarro con trigo autóctono de la Comunidad foral.
El proyecto, tal y como recogió este medio, es una de las siete iniciativas innovadoras financiadas por la Eurorregión y surge de la preocupación de muchos ciudadanos sobre el deterioro del medioambiente y la pérdida de nutrientes naturales en los alimentos. «Vemos que la producción ecológica puede ser una solución ante este panorama. Tratamos de cambiar el modelo de consumo», incide Lorea.
FACILITAR LA PRODUCCIÓN
Según Lorea, la mayoría de los consumidores no se detiene a pensar demasiado en los productos que ingiere. Por eso, Hazialdeko trata de acercarles a los productores locales. «La del panadero con molino es una figura que ha desaparecido últimamente», lamenta Lorea. «Por eso, Hobbea facilitará a los productores la materia prima. Es la manera de garantizar al cliente que el pan está hecho aquí», justifica acto seguido.
«Hobbea facilitará a los productores la materia prima. Es la manera de garantizar al cliente que el pan está hecho aquí»
Los más de 33.000 euros de financiación se repartirán de manera equitativa entre los tres aliados: la propia Hazialdeko, Biolur (Gipuzkoa) y la asociación francesa Biharko Lurraren Elkartea (Nueva Aquitania). Estas últimas emplearán las variedades de trigo propias de sus regiones. «Trabajaremos juntos para recuperar la biodiversidad de la Eurorregión y promover un cambio de hábitos de consumo», subraya Lorea. En cuanto reciban dicha cuantía, los socios plantarán las semillas autóctonas para así recabar información sobre qué beneficios tienen en comparación con los panes producidos de manera industrial.
