jueves, 12 diciembre 2024

Un vino cultivado entre restos celtíberos, una villa romana y una necrópolis

A la garnacha centenaria que da cuerpo al nuevo vino de Bodegas y Viñedos Alzania, en Los Arcos, también le acompaña una célebre leyenda sobre unas enormes piedras, de las que se decía que eran tres mujeres petrificadas. "Era un mito pagano, que el obispo de Pamplona mandó estudiar en el siglo XVI. Juan de Amiax descubrió que se trataban de tres estelas funerarias romanas. Incluso las dibujó", destaca José Manuel Echeverría, enólogo y copropietario de la empresa.


Pamplona - 30 mayo, 2023 - 06:00

Alzania exporta casi el 70 % de su producción a Estados Unidos, Suiza, Holanda, Bélgica, Alemania y Dinamarca. (Foto: cedida)

Primero acogió un poblado celtíbero. Y tiempo después, entre los siglos I y II d.C, una villa romana que esconde uno de los mitos paganos más antiguos de Navarra: ‘La leyenda de las piedras mormas’. Ahora, sin embargo, en esta tierra germinan las cepas de una garnacha centenaria que dan nombre al nuevo vino de la bodega Alzania: ‘El Poblado’. “En pocas semanas saldrá al mercado. Y la historia del paraje en el que se ha cultivado lo hace único”, indica a Navarra Capital José Manuel Echeverría, enólogo y copropietario de la empresa.

La bodega, ubicada en Los Arcos, fue diseñada y construida por Echeverría y su mujer, María Sáenz-Olazabal. Él había trabajado anteriormente en otras bodegas como Inurrieta o Monjardín y, tras años de experiencia dentro del sector, la pareja quiso dar forma a su propio proyecto. “En 2000 tuvimos nuestra primera vendimia. Nos hizo gran ilusión, ya que nuestras familias poseen una gran tradición vitícola”, explican ambos.

“Por su nexo con el Obispado, nos gustaría presentar el vino en el refectorio de la Catedral de Pamplona”

En la actualidad, los fundadores de la firma, adscrita a la Denominación de Origen Navarra, cuentan con catorce variedades de vinos cultivados en diez hectáreas, que se extienden también al municipio vecino de Arróniz.

En ellas plantan tempranillo, merlot, syrah, garnacha y chardonnay. “Exportamos casi el 70 % de la producción a Estados Unidos, Suiza, Holanda, Bélgica, Alemania y Dinamarca”, detallan.

Ahora, ambos viticultores están deseosos de comenzar a vender su nueva elaboración. En cada botella intentarán trasladar un pedacito de cada una de las civilizaciones y personas que pasaron por la parcela. “Tendrá una caja individual para dar valor a la zona. Y la marca es de un vino exclusivo parcelario. Llevábamos mucho tiempo detrás del terreno y, hace cinco años, logramos adquirirlo a sus anteriores dueños. Tras muchas pruebas, hemos dado con la combinación perfecta para comercializarlo”.

En dicho paraje, según la leyenda, llamaban la atención tres enormes piedras erguidas. Se hablaba de que eran tres chicas petrificadas. Esta historia llegó a oídos de Prudencio de Sandoval, entonces obispo de Pamplona (siglo XVII), quien decidió investigar el fenómeno. “Estos hechos están documentados en 1.605, los años de la Inquisición, el proceso de Logroño, las leyendas de brujería…”, indica el matrimonio.

El obispo encargó a Juan de Amiax, clérigo y escritor nacido en Viana, que fuese a la villa para averiguar la verdad. “Era un mito pagano. Amiax descubrió que se trataban de tres estelas funerarias romanas de gran tamaño, que incluso dibujó. Se puede reconocer como el primer informe o el estudio arqueológico más antiguo de Navarra y, por su nexo con el Obispado, nos gustaría presentar el vino en el refectorio de la Catedral de Pamplona“. Solo quedan unas fotografías que datan de 1800 y los dibujos del clérigo que los hizo a escala. “Las pierdas fueron destruidas por el dueño de la finca en 1947”.

RUTAS GUIADAS

Colindante al viñedo donde se ha gestado este nuevo vino, cuya superficie es de 1,2 hectáreas, también se hallaron las tumbas de una necrópolis del siglo IV perteneciente a una población tardorromana. Además, el entorno está rodeado numerosas villas romanas, incluida la de las Musas, y limita con el Camino de Santiago. “Hay cerámica romana, restos antiquísimos… Es una ruta superbonita y ahora hemos empezado a explotarla. Los extranjeros que vienen se quedan anonadados. Por eso, decidimos hacer un producto propio de su cosecha”.

“Hay cerámica romana, restos antiquísimos… Es una ruta superbonita y ahora hemos empezado a explotarla”

De cara al futuro, por tanto, el enoturismo será una línea de negocio importante para la pareja: “Sobre todo, nos visitan muchos extranjeros de Estados Unidos e Inglaterra. Toda la zona norte de la finca es por donde pasan los peregrinos de camino a Santiago. Y estas tierras albergan una gran tradición en torno al cultivo de la vid. Además, enfrente de nuestras viñas está la basílica de San Gregorio Ostiense, uno de los lugares de peregrinaje más importantes durante los siglos XVI al XVIII y donde se solicitaba la protección de los cultivos”.

Las rutas comenzaron a organizarse para clientes particulares pero, dado su éxito, Echeverría y Sáenz-Olazabal han lanzado un pack en el que pueden incluirse junto a la visita de las propias instalaciones de la bodega. “Les cuento la historia, hacemos un recorrido por la zona y después, en la bodega, se cata el vino. La gente se queda alucinada. Por eso, creo que debemos dar más valor al potencial que tiene Navarra dentro del mundo del vino. Me da la sensación de que no se saca partido a todo lo que hay”, resalta él.

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