Hace veinte años se publicó el borrador del primer genoma humano. Y, hoy, leer información almacenada en células o virus está al alcance de cualquier organización. La capacidad complementaria de escribir código genético se está desarrollando tan rápidamente que Netflix, por ejemplo, ya está almacenando la nueva serie ‘Biohackers’ en moléculas de ADN.
Leer y escribir información en sistemas vivos tiene un potencial ilimitado y supone también una gran responsabilidad ética y social. McKinsey ha publicado un informe constatando que, además de todos nuestros alimentos, el 60 % de los productos físicos industriales se podrían fabricar ya con procesos biológicos. Reutilizar biomasa como materia prima hará innecesario agotar los limitados recursos fósiles como el petróleo.
La biología digital, impulsada por las ciencias de datos, pronto hará posible comprender, diseñar y simular procesos biológicos y seres vivos complejos. La biología sintética, fruto de la convergencia de la biotecnología con la industria 4.0 y la ingeniería, está ya permitiendo fabricar y ensamblar con precisión atómica biocomponentes normalizados para incorporar nuevas funciones y capacidades a células vivas, reprogramándolas. Están emergiendo nuevas oportunidades para desarrollar productos y servicios valiosos para nuestra salud, energía, industria y agroalimentación, que pueden ser económica, social y ambientalmente sostenibles.
Navarra está muy bien posicionada para formar parte de la red mundial de regiones que pueden liderar la (bio)revolución aportando conocimiento, tecnología y valores. El desarrollo del nuevo polo europeo de innovación digital en Navarra contribuirá a impulsar nuestra estrategia colectiva, reforzando nuestras fortalezas en automatización, inteligencia artificial y supercomputación para acelerar la transformación digital. Puede ser también un nodo catalizador de la bioinnovación y el bioemprendimiento.
En IRIS hemos publicado nueve presentaciones de diez minutos sobre biología sintética, programming life y bioemprendimiento en agroalimentación. Queremos celebrar que hace cien años nació la doctora Franklin. Gracias a su curiosidad, habilidad y trabajo, se descubrió la estructura del ADN, del ARN y de varios virus, haciendo posible entender el lenguaje con el que están programadas todas las células vivas. También queremos impulsar una conversación pública sobre las oportunidades y retos que puede suponer la (bio)revolución para Navarra.
La (bio)revolución está alineada con la apuesta europea por la bioeconomía, nuestra estrategia S3 y las cinco misiones del ‘Plan Reactivar Navarra 2020-2023‘: aprovechar la revolución digital, acelerar la transición ecológica, promover la cohesión social, vertebrar el territorio y mejorar nuestra convivencia. Navarra es tierra de innovación, con emprendedores audaces y comprometidos; es también vivero de una juventud creativa y con talento, capaz de cooperar liderando la (bio)revolución para generar riqueza de forma sostenible y distribuirla con justicia.
Rosalind Franklin mereció al menos dos premios Nobel. Sin duda los habría conseguido si hubiera vivido más de 38 años, y en una sociedad libre de la pandemia de desigualdad de género y de la falta de ética profesional que sigue reproduciéndose en nuestros días. Ojalá seamos capaces de hacer posible una sociedad más justa, sostenible y saludable para el planeta y la humanidad.
Viva la revolución.
Juanjo Rubio
Ingeniero biomédico