La dirección de Volkswagen Navarra ha comunicado a los representantes de los trabajadores que la fábrica cerrará los viernes 26 de octubre y el 2 de noviembre porque persiste el problema del suministro de motores homologados. Quedan pendientes de confirmación los otros tres días de cierre de los cinco anunciados por la empresa.
La carencia de propulsores ya hizo que la factoría de Landaben interrumpiera la producción ocho días el pasado mes de septiembre, durante los que aplicó un expediente de regulación temporal de empleo, negociado con el comité de empresa, por el que se comprometió a no aplicar otro ERTE si se reproducía la situación antes del fin de este año.
El presidente del comité, Alfredo Morales, indicó que la dirección de VW ha propuesto ahora dos opciones “inaceptables”: utilizar días ‘de bolsa’ o pagar los conceptos fijos de sueldo y antigüedad a las personas que se decidiera que trabajaran las jornadas de cierre, algo que “no tiene sentido” y no es “razonable ni justificable” porque el motivo es el mismo que en septiembre y entonces el parón afectó a toda la plantilla, mientras que ahora se pretende que una parte acuda a su puesto de trabajo, argumentó Morales.
La ausencia de novedades en la negociación del convenio genera «preocupación e intranquilidad» en la plantilla, según el presidente del comité, Alfredo Morales.
La respuesta de la representación sindical ha sido que sean aplicadas las medidas acordadas para las jornadas de cierre de septiembre, de forma que la empresa se haga cargo del coste que conlleve la interrupción de la producción y que únicamente trabajen los servicios mínimos de mantenimiento. Aunque Morales percibió “buena receptividad” en la dirección de cara a un acuerdo, no descartó la posibilidad de reclamaciones judiciales en el caso de que no se atiendan las demandas de la plantilla.
Según explicó la semana pasada la dirección al comité de empresa, la nueva homologación WLTP ha retrasado la fabricación por parte de los proveedores de inyectores y bombas de vacío, lo que provoca a su vez una carencia en el suministro de motores, principalmente el TSI. A ello hay que unir la decisión estratégica del grupo de fortalecer la fabricación del modelo Golf, ya que las plantas alemanas son las que más han cerrado, lo que da como resultado que desde la central se haya decidido parar la producción cinco días en Pamplona.
Alfredo Morales consideró que la política de comunicación de la compañía está siendo «nefasta», porque informó ayer de los dos días de cierre esta mañana y ahora los proveedores que se estuvieran planteando un ERTE «están fuera de plazo» para hacerlo. Esa forma de actuar «puede tener consecuencias muy serias para nuestros compañeros» de la industria auxiliar, advirtió el presidente del comité de empresa, quien añadió que la ausencia de novedades en la negociación del convenio colectivo genera “preocupación e intranquilidad” en una plantilla “que desde luego no se lo merece».