Antonio Catalán comienza la entrevista con NavarraCapital.es enviando sus condolencias a las familias de todas las personas que han fallecido a causa del coronavirus y con su agradecimiento a los sanitarios, fuerzas de seguridad y quienes, de una u otra forma, trabajan para velar por nuestra salud.
El empresario corellano pasa el periodo de confinamiento en Madrid, trabajando en la preparación del regreso a la actividad con el buen ánimo y naturalidad de quien ya sabe lo que supone rehacerse tras perder casi todo.
Acaba de anunciarse la suspensión de los Sanfermines. ¿Qué pensó al conocer la noticia?
Yo inauguré mi primer hotel, el Ciudad de Pamplona, cinco o seis días antes de los Sanfermines de 1978, que también se suspendieron. Parecía que se nos iba a hundir el mundo, pero no fue así. La decisión es lógica, porque es más importante la salud que las fiestas.
“Más que quitas, propongo el aplazamiento del pago de los alquileres porque eso garantizaría los puestos de trabajo”.
En cualquier caso, es un revés para el turismo y los hoteles, que se suma a los que han venido sucediéndose como consecuencia de la expansión de la pandemia.
Por eso, y porque el futuro inmediato es una incógnita, yo planteo que este sea un año en blanco para el sector hotelero. Es que lo va a ser, quizá con la excepción de algún hotelito en la costa… Bueno, pues seguiremos con ERTE y demás. Lo que hay que hacer es empezar a preparar ya el 2021 porque este es un país al que habitualmente venían 84 millones de turistas y, por mucho que intentemos darle la vuelta con el turismo interior, este verano va a ser muy complicado.
Además, sería necesario garantizar la seguridad sanitaria para evitar nuevos contagios. Y eso es muy difícil en un ámbito como el turístico, caracterizado por la movilidad.
Habría que hacer test a todo el mundo que venga y repartir un carné verde, como están haciendo en China, a las personas que no transmiten la enfermedad. El problema son los asintomáticos, pero es clave que podamos movernos con una cierta seguridad para que no haya contagios.
El Gobierno ha aprobado medidas como los ERTE por fuerza mayor y ayudas económicas. ¿Son suficientes a su juicio?
Un ERTE permite mantener la plantilla con unos salarios que paga el Estado, porque estás cerrado y no tienes ingresos. Es una medida adecuada. Ya se ha firmado un convenio en ese sentido entre los sindicatos UGT y CCOO y la Confederación Española de Hoteles. Yo he pedido que las rentas de establecimientos y hoteles, cuando hay por medio un contrato de arrendamiento, sean aplazadas para pagarlas pues no sé, a partir de julio de 2021 o al principio de 2022, cuando sea. Más que hacer quitas, soy partidario de medidas así porque eso garantizaría los puestos de trabajo. Este país no se puede permitir el lujo de que un sector que representa el 40 % de la actividad se nos venga abajo, ya que la industria no puede compensar estas pérdidas. La industria era el 24 % del PIB y ahora está en el 16 %. Y si quitamos la automoción, se nos queda en el 8 %.
Lo que pone de manifiesto la fragilidad de nuestra economía…
Cuando se vive una crisis, hay que reflexionar y sacar conclusiones. Por ejemplo, no dejar la producción a China porque, en situaciones como esta, nos tiene cogidos del cuello. Creo que Europa tiene que responder, sí o sí, porque no sucede como en 2008. Entonces estábamos solos y ahora también están Italia, Francia y ojo con Alemania. Aquí hay que hacer un Plan Marshall con dinero europeo y deuda perpetua, y no veo otra solución desde el punto de vista económico. Es que estábamos funcionando bien, crecíamos más que Europa, todo se iba encarrilando… ¡Éramos los primeros de la clase!
¿El sector cómo ve la situación?
Complicada, porque los establecimientos están cerrados y no se van a poder abrir mientras no haya una vacuna o un viral que te pueda curar rápido. Y la situación es más grave aún en lugares como Canarias, que viven del turismo pero donde no pueden llegar los aviones. Quizás es el momento adecuado para pararnos a pensar un poco. Porque a los políticos les encanta salir a decir que hemos batido el récord de turistas, sí, pero ¿a qué precio? Si les cobráramos un poco más, tendríamos menos visitantes, pero les daríamos un mejor servicio y eso acabaría tirando de la ocupación.
Volviendo al tema de los ERTE. ¿Cree que los hoteles podrán mantener el compromiso de no realizar despidos durante los seis meses posteriores al levantamiento del estado de alarma?
Un amigo mío dice que subir y bajar a la vez es un poco complicado… Entiendo que con el ERTE se busca que, cuando esto termine, sigamos con los 3.500 trabajadores que tenemos en este momento. Yo hablo con los directores todas las semanas porque estamos en un ERTE, pero seguimos siendo empresa. En nuestro caso, pagamos el mes de marzo completo y aspiro a no tener que reducir plantilla.
“Quizás es el momento adecuado para pararnos a pensar un poco en el modelo de turismo que queremos”.
¿Considera que la respuesta de los políticos al reto que supone la crisis del Covid-19 es la adecuada?
El Gobierno ya vemos cómo va. Dice que los niños solo pueden ir con sus padres a la farmacia y al supermercado, no de paseo, y al día siguiente es lo contrario. A ver, entiendo que gestionar una situación de estas características es tremendamente difícil, muy complicado, pero creo que no se trata ahora de hacer política. El Gobierno y los partidos tienen que dedicarse a solucionar la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas y sociales. Por otra parte, no ayudan las diferencias ideológicas entre los partidos del Gobierno, entre uno socialdemócrata como el PSOE y otro chavista comunista como Podemos, que aplica el cuanto peor mejor.
“El proyecto del hotel en la Casa de Misericordia sigue adelante. Va a ser un hotelazo de última generación. A ver si empiezan ya las obras”.
Los hoteleros, también AC, han dado un ejemplo al poner sus establecimientos de forma desinteresada al servicio de las autoridades para alojar a pacientes y sanitarios.
Este es un país muy solidario, se está demostrando estos días. Los médicos se están dejando la piel, las enfermeras, los voluntarios… Y los hoteleros teníamos que estar a su altura. Nosotros lo hicimos antes de que la pandemia adquiriese las proporciones que ha llegado a tener. No hemos querido hacer publicidad de eso, pero tanto nosotros como Marriot tenemos muchos hoteles medicalizados. Y no son solo los hoteles, en Ifema se pudo montar un hospital casi de un día para otro gracias a su presidente, mi amigo Vicente Martínez Soler, y a un ejército de electricistas, fontaneros… y los sanitarios, claro.
AC tenía en marcha el proyecto de levantar un hotel en los terrenos de la Casa de Misericordia de Pamplona, en el marco de un complejo comercial. ¿Mantiene sus planes?
Se mantiene el proyecto, en el que también está Patrick Rigault. Hablo con él bastante a menudo y marcha todo adelante.
Por cierto, el Ciudad de Pamplona cerró…
Sí, se vendió para hacer una residencia, un colegio mayor. Mi hermano tenía ahí la mayoría y decidió hacerlo así… Me dio pena porque fue mi primer hotel, ahí empezó todo. Pero bueno, dentro de poco tendremos el otro, será un hotelazo de última generación. A ver si empiezan ya las obras.