viernes, 26 abril 2024

Arturo Fernández, el nuevo ‘lehendakari’ del flamenco

Es un verdadero adicto al flamenco... ¡y se nota! La séptima edición de Flamenco On Fire pisará con fuerza los escenarios navarros desde el próximo miércoles, 26 de agosto, hasta el domingo día 30. Arturo Fernández, director de su fundación junto a Juan Casero (han tomado el testigo de Miguel Morán), expone a Vanity Capital los pormenores para sacar adelante el festival en tiempos de Covid, así como su visión sobre "el arte más sincero". "En el flamenco, ahora el sur mira al norte", atestigua.


22 agosto, 2020 - 06:00

Arturo Fernández, director de la Fundación Flamenco On Fire, en una entrevista en exclusiva a Vanity Capital en la Plazuela de San José de Pamplona, uno de los nuevos escenarios de calle del festival. (Fotos: Víctor Ruiz)

Es un verdadero adicto al flamenco, un «apasionado del arte más auténtico»… ¡y se nota! Tras meses de lógica incertidumbre por la crisis desatada en el mundo de la cultura por el coronavirus, que aún mantiene cerrados espectáculos musicales, conciertos y grandes giras teatrales, la séptima edición de Flamenco On Fire pisará con fuerza los escenarios este 2020. Y lo hará desde el próximo miércoles, 26 de agosto, hasta el domingo día 30. Así lo recuerda Arturo Fernández, director de la Fundación Flamenco On Fire, en esta entrevista en exclusiva a Vanity Capital. En la que también expone la ilusión de una cuenta atrás cada vez más breve y la convicción de haber trabajado «con muchísimo esfuerzo y empeño» en la implantación de todas las medidas anti-Covid requeridas.

El mismo ímpetu que la nueva dirección del festival (junto a Juan Casero, han tomado el testigo de Miguel Morán) ha aplicado en el cartel de este año, quizá el más on fire de las siete ediciones que lleva a sus espaldas. La presencia de Miguel Poveda, Vicente Amigo, Farruquito -con Remedios Amaya-, Pitingo y Chano Domínguez -con la Orquesta Sinfónica de Navarra- así lo certifica. «En términos de flamenco, ahora el sur mira al norte», detalla Fernández de un modo muy humilde. Y también con ese don de gentes y elocuencia que tan bien practicaba su padre, el famoso actor Arturo Fernández. Solo faltan cinco días para que la norteña Pamplona ejerza, una vez más, de epicentro mundial del mejor cante hondo. Y ya está todo preparado.

Arturo Fernández, director de la Fundación Flamenco On Fire, en la Plazuela de San José de Pamplona.

Han sido meses complicados, terriblemente difíciles para el sector cultural de nuestro país (y del mundo). De hecho, la mayor parte de las giras teatrales continúan paralizadas, también los musicales, grandes conciertos… Pero tras muchas dudas, y sobre todo mucho trabajo interno, se celebrará del 26 al 30 de agosto la VII edición de Flamenco On Fire, en Pamplona y Tudela. ¿Dudó mucho de que este 2020 pudiese contar con su semana más flamenca?

Nosotros siempre creímos en realizar esta edición. Dudar, la verdad, nunca dudamos. Trabajamos con esfuerzo en todo momento para que saliese adelante Flamenco On Fire 2020. Lo que no sabíamos es si finalmente lo íbamos a poder hacer. Teníamos incertidumbre, y la seguimos teniendo a día de hoy, pero aquí estamos. Estos últimos meses han sido, sin duda, muy laboriosos, pero también un camino precioso y muy reconfortante. Estamos deseando que llegue el próximo miércoles, día 26, para ir a Tudela y arrancar.

Sin duda, el Covid-19 también ha impuesto una nueva normalidad en el arte, sobre los escenarios. ¿Cómo ha tenido que readaptarse el festival para esta edición?

El cambio de formato para esta edición es evidente, pero aún así mantenemos la esencia del festival. El cual se divide, como siempre, en dos tipos de actividades: las de calle y las que son de pago en el Teatro Gaztambide de Tudela, el Auditorio Baluarte y el Teatro Gayarre de Pamplona. Ambos formatos han tenido que adaptarse, por supuesto, al Covid-19. En las de calle, por ejemplo, tendremos este 2020 aforo limitado, con recintos cerrados aunque estén al aire libre, y la obligación de que todo el mundo se mantenga sentado. No se podrá permanecer de pie. Además, quien acceda, deberá llevar mascarilla, lavarse las manos al entrar al espectáculo, mantener la distancia interpersonal de metro y medio, y la última medida de todas: no se podrá fumar en los conciertos de calle. Todo ello lo hemos querido organizar entorno a la campaña #OnFireResponsable, la cual implementa directrices y recomendaciones, y reclama la colaboración de todos. Necesitamos que el público apoye al festival y cumpla con todas las directrices. Esto es una responsabilidad de todos.

En el trigésimo aniversario de su fallecimiento, el homenaje al maestro Agustín Castellón Campos, Sabicas, será el hilo conductor de una fabulosa edición que cuenta, además, con imagen gráfica de Óscar Mariné. ¿Cree que Pamplona es consciente de las raíces flamencas tan profundas que tiene?

Creo que empieza a ser plenamente consciente de ello. Desde la Fundación, reivindicar la figura del maestro y ubicar a Sabicas en la posición en la que debe permanecer dentro del mundo del flamenco siempre ha sido uno de nuestros propósitos más firmes. Creo que Pamplona, y Navarra, empiezan a ser conscientes de la importancia de esta persona desde el punto de vista artístico, cultural y universal. Era un adelantado a su tiempo.

De hecho, el maestro Sabicas siempre presumió de ser gitano y navarro. En 1974 realizaba estas emotivas declaraciones para el diario ABC: “Me gustaría volver, con todo honor, a actuar en Pamplona. Llevo treinta y nueve años sin ver la ciudad en que nací. Tan solo recordarla y pronunciar su nombre hace que se me apresuren los pulsos”. ¿Cree que esta milenaria ciudad ha sido justa y generosa con, quizá, el artista navarro más universal?

Posiblemente ha sido uno de los navarros más internacionales de todos los tiempos. Pero sinceramente pienso que, a toro pasado, no debemos juzgar lo que se hizo o no se hizo antaño. Ahora tenemos la oportunidad de reivindicarlo y de ubicarlo en el lugar donde merece, y así lo estamos haciendo. Es uno de los grandes retos de la Fundación Flamenco On Fire.

Arturo Fernández, director de la Fundación Flamenco On Fire, en la Plazuela de San José de Pamplona.

En palabras de Arturo Fernández, ¿a qué huele el flamenco?

(Risas) Voy a hacer mías unas palabras que pronunció Tía Anica la Piriñaca: «No sé lo que es el flamenco, pero cuando canto a gusto la boca me sabe a sangre». Pienso que no se puede definir de mejor modo este arte, esta ética y estética, esta forma de vivir.

Regresando a Flamenco On Fire 2020, Miguel Poveda (en Tudela), Vicente Amigo, Farruquito -con Remedios Amaya-, Pitingo y Chano Domínguez -con la Orquesta Sinfónica de Navarra- encabezan el cartel de la VII edición. ¿Se eleva, quizá, como su edición más #OnFire?

Todos los carteles siempre suponen una evolución respecto al año anterior, y este 2020 creemos que nos ha quedado muy redondo. Desde la F hasta la O, que significa lo flamenco, están recogidas todas sus formas de expresarlo. Y no me refiero ya solo a los artistas mencionados, sino también a la programación de calle y a quienes se subirán sobre el escenario de la Ciudadela. Flamenco On Fire 2020 engloba a protagonistas de primerísimo orden que suponen una representación suficientemente atractiva para los aficionados más puristas, y para aquellos que se definen como más avanzados.

El coronavirus ha paralizado este año radicalmente el sector, pero no cabe duda que la proliferación de festivales en verano ya llega a ser abusiva. Además del estilo musical, por supuesto, ¿qué diferencia a Flamenco On Fire del resto de ofertas musicales estivales?

A Flamenco On Fire le define su público. Ese público que desprende cariño, respeto y consideración hacia los artistas. Y precisamente, los propios artistas son quienes desean venir cada año a Pamplona. Siempre nos transmiten que se encuentran como en casa. Esa perfecta simbiosis entre público y artistas desata una magia especial que no sucede en otros festivales. A todo ello hay que sumar el género musical, que engancha mucho si se expone de una manera atractiva. Y este es el ADN del festival. Presentar al flamenco con otros ropajes, vestimentas… para hacerlo más accesible fuera de tópicos manidos.

Hablando de tópicos, a veces no se cumple ese manido dicho que afirma: de tal palo tal astilla. Su padre, en más de una entrevista, llegó a afirmar que le «hubiera encantado entender de flamenco». Evidentemente, no es su caso.

(Risas) A mi padre el flamenco le gustaba muchísimo, pero entendía de lo que entendía: de teatro. Yo no he sido tocado con esa varita mágica para dedicarme al mundo de la interpretación, pero a lo mejor sí tengo un porcentaje pequeño de entusiasmo e ilusión por entender el flamenco. Y esto es muy importante: para que te guste este arte no necesitas saber de flamenco. Necesitas tener sensibilidad y gusto por una estética de ritmos, de compás… Todas las personas con sensibilidad musical, de alguna manera u otra, son seguidores del flamenco.

Para terminar, y parafraseando el ardiente título del festival: ¿De todo el flamenco, qué parte pone más on fire a Arturo Fernández?

Me pone muy on fire un tocaor o tocaora a la guitarra, un cantaor o cantaora entonando por soleá, o un bailaor o bailaora bailando por soleá. Esto y cualquier palo. El flamenco, insisto, son momentos, son chispazos. Como afirmaba hace poco en una entrevista Curro Romero, la vida son chispazos «de sensibilidad, amor, gratitud y sinceridad».


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