Corella se encuentra ante una disyuntiva para decidir cómo afrontar el desarrollo industrial futuro del municipio. A principios de año, el entonces vicepresidente segundo y consejero de Ordenación del Territorio, José María Aierdi, y el alcalde de la localidad, Gorka García, acordaron “desbloquear” la puesta en marcha de un nuevo polígono. Una demanda que, tal y como reconoció el propio Ejecutivo navarro, “venía existiendo desde hace ya unos años para poder dar respuesta a implantaciones empresariales que requieran de grandes superficies de suelo”. De hecho, han sido varias las compañías que, en los últimos años, se han mudado o materializado sus proyectos de expansión en otras localidades riberas.
Con ese propósito, el Ayuntamiento de Corella y el Gobierno de Navarra, a través del área de promoción industrial de la sociedad pública Nasuvinsa, firmaron un protocolo por el que se comprometían a llevar a cabo “las primeras actuaciones urbanísticas necesarias para la obtención y desarrollo de nuevo suelo industrial”.
En este sentido, desde Nasuvinsa apuntan a este medio que su labor se centra en “brindar apoyo técnico”, de modo que no es “impulsora ni promotora de la iniciativa”. Y, dentro de su ámbito de actuación, encargó un estudio en abril, que está “en fase avanzada de elaboración”, con el fin de “definir parcelas y planeamientos”. Un documento con el que, según añade a Navarra Capital el concejal de Urbanismo de la localidad, Félix Bienzobas, también se busca “modificar (a la baja) el precio del metro cuadrado” en el futuro polígono para hacer más atractiva la llegada de nuevas empresas (los terrenos, calificados “como industriales”, son privados).
UNA SEGUNDA ALTERNATIVA
Quizás por eso, y con el fin de contar con una segunda alternativa, Bienzobas avanza que el Consistorio, en caso de que el proyecto no salga adelante en los términos que considera adecuados y no se consiga reducir el precio del metro cuadrado “de los más de 50 euros actuales a una cifra cercana a los 30”, baraja desarrollar el nuevo polígono en un segundo emplazamiento. Estos terrenos son propiedad “de tres bancos”, su superficie total asciende a 150.000 metros cuadrados y se encuentran cerca del polígono de Ombatillo.
“Los avances están siendo lentos”, lamentan fuentes empresariales de la zona
Eso sí, la superficie de esa segunda área es muy inferior a los 500.000 metros cuadrados que contienen los terrenos actualmente en estudio. “Tenemos dos zonas potenciales y avanzaremos con una u otra”, asegura el concejal de Urbanismo corellano, quien no obstante matiza que la segunda opción se destinaría más “a talleres y pequeñas empresas”.
“Nuestra primera alternativa tiene unas condiciones envidiables, unos propietarios dispuestos y la intención de una empresa de producción de hidrógeno verde de asentarse allí. Pero no podemos parar y quedarnos quietos porque necesitamos suelo industrial como sea”, remata acto seguido.
PREOCUPACIÓN EMPRESARIAL
En 2019, Elaborados Naturales, que cuenta con una sede en Corella, puso en marcha una segunda planta en Funes, destinada a la producción de tortillas refrigeradas y en la que invirtió 18 millones de euros. Y, el año pasado, IME Mulliez, tal y como adelantó Navarra Capital, trasladó sus instalaciones a Cintruénigo.
Estos dos movimientos empresariales, “aunque para el conjunto de Navarra y para las propias compañías son positivos”, preocupan en el tejido empresarial de la zona. “Corella tiene un polígono sobresaturado (a principios de 2023, contaba con una quincena de compañías instaladas, de las que el 75 % tenían menos de diez trabajadores). Y los avances del nuevo están siendo lentos”, lamentan las fuentes consultadas.