sábado, 20 abril 2024

Egatex ya produce 1.300 batas sanitarias al día para toda España

Es la segunda empresa navarra que se lanza a producir EPI. En medio de un ERTE, sus responsables y el 70 % de la plantilla colaboraron de forma altruista en la fábrica habilitada en Refena, confeccionando 700 unidades diarias. Pero tal y como explican desde la compañía a NavarraCapital.es, después de aquel proyecto solidario nació una nueva línea de negocio, que ha servido para levantar el ERTE.


Pamplona - 28 mayo, 2020 - 07:00

Poco después de que comenzara la pandemia, Egatex se lanzó a fabricar batas para sanitarios. (Fotos: archivo / Maite H. Mateo)

El pasado 24 de marzo, Egatex aplicó un ERTE. De modo que unas 35 personas dejaron de trabajar temporalmente en la fábrica de Estella. Pero ni el grueso de la plantilla ni la compañía cesaron su actividad. Porque de forma voluntaria, el 70 % de los empleados y los responsables decidieron participar en el proyecto promovido por el Gobierno de Navarra en Refena, cuyo objetivo era producir 25.000 batas reutilizables de polipropileno para sanitarios. La demanda era muy alta, el coronavirus atacaba sin control y faltaban existencias para proteger a los profesionales.

La firma puso su maquinaria e instalaciones al servicio de esta iniciativa y comenzó a producir unas 700 unidades al día. Los trabajadores, por su parte, donaban su tiempo y saber hacer para materializar el proyecto, en el que también colaboraron el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Navarra (COIINA) y la Fundación Industrial Navarra (FIN)“El Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial, nos facilitaba el tejido. Nosotros confeccionábamos las batas”, relata a NavarraCapital.es el gerente de la fábrica, Roberto Echávarri.

PRIMEROS PEDIDOS

Así operaron durante unas tres semanas. Pero una vez cumplido el reto, Egatex no detuvo la fabricación de estos EPI. Principalmente porque, poco a poco, sus responsables empezaron a recibir pedidos de hospitales, clínicas dentales… Los profesionales seguían pidiendo este producto para protegerse del Covid-19, de modo que la compañía optó por crear una línea de negocio y preparar sus propios diseños.

Egatex colaboró en el proyecto impulsado en Refena a principios de abril para producir 25.000 unidades.

Egatex colaboró en el proyecto impulsado en Refena a principios de abril para producir 25.000 unidades.

“No conocíamos ni el mercado ni los productos ni los proveedores. Pero empezamos a preguntar y dimos con proveedores europeos, principalmente de España e Italia; preparamos unas muestras; y las batas tuvieron una buena acogida”, apunta Echávarri.

Hoy, Egatex es la segunda empresa navarra que produce EPI ante la falta de proveedores locales. En concreto, cada día está fabricando ya unas 1.300 batas, que se suman a las 72.000 mascarillas diarias que, a partir de julio, sacará al mercado Mecacontrol. Reducir la dependencia de los productores extranjeros, en momentos de tantas carencias como los vividos en estos últimos meses, se antoja más necesario que nunca.

UNA SALIDA

El negocio funciona. De hecho, las batas de Egatex para sanitarios se venden ya tanto en Navarra como en otras regiones de España. Es más, entre el 60 y el 70 % de la producción se comercializa fuera de la Comunidad foral. Y no solo eso. Este proyecto permitió que la empresa levantara el ERTE, “mucho antes de que los primeros comercios abrieran el pasado 11 de mayo”, y que el 100 % de los trabajadores volvieran a sus puestos.

«Cuando empezamos a colaborar en el proyecto de Refena, nunca nos imaginamos que terminaríamos creando toda una línea de negocio. Ni siquiera lo pensamos».

“Hemos trasladado la producción de nuestras marcas habituales de pijamas, batas y camisones al centro de Portugal. Aquí todos estamos con las batas para sanitarios”, agrega.

ESCASA INVERSIÓN

Al ser una compañía especializada en el sector textil, ya contaba con la logística, maquinaria y personal necesarios para fabricar las batas de polipropileno. De modo que los propietarios únicamente tuvieron que invertir en los tejidos. “Cuando empezamos a colaborar en el proyecto de Refena, nunca nos imaginamos que terminaríamos creando toda una línea de negocio. Ni siquiera lo pensamos”, rememora Echávarri satisfecho.

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