En un momento en el que en muchos hogares se mira el reloj para poner la lavadora a partir de medianoche y reducir así la factura de la luz, el sector agroalimentario también mira con preocupación el incremento del coste energético. Así lo confirmó este jueves Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), durante su entrevista en Capital Directo, espacio informativo de NavarraCapital.es que cuenta con el patrocinio de Banco Santander.
El director general de FIAB reconoció que, solo unos minutos antes de la entrevista, se habían reunido los miembros de la Alianza por la Competitividad Industrial para abordar este tema de máxima actualidad. “Nos preocupa muchísimo”, advirtió para asegurar acto seguido que “el elevado coste energético hace menos competitiva a la industria”. Además, recordó que esta siempre ha tenido una vocación de virar hacia energías más limpias y se quejó de que se carguen sobre ella “unos costes tan elevados por decisiones políticas”.
“Cuando se habla de innovación, se piensa en las tecnológicas. Y eso me da mucho coraje porque la industria alimentaria lleva detrás una cantidad de innovación tremenda”.
Durante su intervención, también valoró de forma positiva la suspensión, durante los próximos cinco años, de los aranceles interpuestos por Estados Unidos a productos de la Unión Europea: “Me parece un plazo razonable para acordar la suspensión definitiva”. A este respecto, destacó que se trata de unos aranceles que “rompen la Unión Europea” porque solo se imponen a unos países, como España, y no a sus máximos competidores, como Italia. “Son una injusticia que viene de una disputa en el sector aeronáutico”, criticó. Así mismo, incidió en que, al fijarse en el 25 %, “te pueden sacudir la cuenta de explotación e, incluso, sacarte del mercado”.
El entrevistado lamentó que no se reconozca a este sector su capacidad para innovar y mirar hacia el futuro: “Cuando se habla de innovación, se piensa en las tecnológicas. Y eso me da mucho coraje porque la industria alimentaria, desde sus orígenes, lleva detrás una cantidad de innovación tremenda”.
Una muestra de ello, como adelantó este medio, son los chuletones bioimpresos en 3D de la firma navarra Cocuus System Ibérica. García de Quevedo consideró que no tardaremos mucho tiempo en ver estos productos en los lineales y avanzó que, entonces, surgirá un nuevo reto: convencer al consumidor para que no demonice estos productos más novedosos frente a los tradicionales. “Como ciudadanos, debemos congratularnos de que tenemos una gran variedad de productos, todos ellos con una calidad y seguridad extraordinarias”. Así, animó a que cada uno elija “en función de sus dietas y apetencias”.
UNA OPORTUNIDAD PARA LOS JÓVENES
En el transcurso de la conversación, el director general de FIAB también puso en valor que el sector agroalimentario “genera empleo de calidad”. De hecho, un 70 % de los contratos en este ámbito son indefinidos. Pero el campo sigue sin conquistar del todo a los más jóvenes y, por eso, consideró necesario “hacer un ejercicio de atracción del talento”. Una de las razones por las que se da esta problemática es, precisamente, la despoblación del mundo rural. Y evitarla es una de las claves para conseguir que ese talento se quede en el mundo rural. Para García de Quevedo, resulta fundamental apostar por el binomio de la producción primaria y de la industria agroalimentaria, pero también por políticas encaminadas hacia “la conectividad y la construcción de infraestructuras”.
“La producción primaria, la industria y la gastronomía están muy unidas en Navarra”.
Otro de los retos que afrontará esta industria en los próximos años es la transformación digital de sus empresas. Un proceso en el que, desde FIAB, han detectado cuatro áreas fundamentales de mejora: smart factories, plataformas de ciberseguridad, automatización inteligente e inteligencia artificial. El director general de la entidad señaló que uno de los problemas para llevar a cabo esa transformación es “el tamaño de sus empresas”, la mayoría pymes. “Estamos por debajo de la media europea y los fondos europeos pueden ayudarnos muchísimo a ponernos al día y ser más competitivos”, vaticinó.
El entrevistado aseguró que el sector agroalimentario tiene un gran peso en muchos territorios del país, pero en el caso de la Comunidad foral remarcó una fortaleza diferenciadora: “La producción primaria, la industria y la gastronomía están muy unidas”. Y con la vista puesta en el futuro se definió como una persona optimista. Por eso, vislumbró unos próximos años en los que “el sector agroalimentario seguirá siendo un motor de la economía, que ayudará al país a salir más rápido de la crisis”. También auguró que aumentará el número de empresas “con dimensión europea”.