El proyecto para instalar unas veinte nuevas terrazas en tres puntos emblemáticos de Pamplona -la Ciudadela, la plaza de la Cruz y el Bosquecillo– no verá la luz este verano. Tal y como adelantó NavarraCapital.es, representantes del Ayuntamiento de la capital navarra mantuvieron reuniones con hosteleros para estudiar esta iniciativa y así ayudar a que el sector recuperara parte de los ingresos perdidos por la crisis del Covid-19, pero las conversaciones no prosperaron.
Javier Labairu: “La situación económica de los hosteleros no favorecía que se hiciera esta apuesta”.
Según explica a este medio Javier Labairu, concejal delegado de Seguridad Ciudadana, el fracaso no se debe a que los empresarios del sector hayan juzgado la iniciativa como una “mala idea”, sino que responde a la coyuntura actual: “La situación económica de los hosteleros es preocupante y eso, sumado al cambio desde el punto de vista sanitario, no favorecía que se hiciera una apuesta de este tipo en este momento”. Para el concejal, de este intento fallido se pueden obtener lecciones de cara al futuro: “De todo se aprende y quizá el año que viene debamos anticiparnos, pero siempre teniendo en cuenta que este tipo de convocatorias conlleva una serie de plazos y requisitos que son necesarios”.
La Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra estima que ya es “demasiado tarde” para poner en marcha las terrazas.
Desde la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, sostienen que la puesta en marcha de la iniciativa se dilató en el tiempo debido a la situación “extraordinaria” provocada por el coronavirus. De modo que ya era “demasiado tarde” para desarrollarla. Así lo señala Nacho Calvo, secretario general de la organización: “La idea era estar funcionando en julio, pero no fue posible”. Aunque le hubiera gustado que el proyecto saliera adelante “más rápido”, resalta que en su asociación “están agradecidos de que el Ayuntamiento haya aceptado sus propuestas”.
TERRAZAS EN SARASATE
Una iniciativa que sí prosperó fue la de instalar terrazas en el paseo de Sarasate. No obstante, solo cinco bares se acogieron al proyecto municipal que, en un principio, contemplaba espacios hasta para doce establecimientos. La ausencia de más peticiones se debe, según Calvo, a que se trataba de una “propuesta cara” y limitada por las restricciones del módulo -con una superficie máxima de 5 x 2,50 metros-, así como a la exigencia de que la vajilla, la cubertería y la mantelería fuesen de un solo uso y biodegradables.
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