Todavía es muy pronto para valorar el impacto de los incendios en la agricultura navarra. Allá donde han llegado las llamas, sin embargo, el fuego “ha arrasado todo”. “No sabemos cuántas hectáreas de cultivo ni de masa forestal se han quemado hasta ahora”, apuntaron fuentes del sector a este medio.
En este sentido, “todos los cultivos se pueden ver perjudicados”. En concreto, y “al margen del trigo y de la cebada”, también están la avena, la colza o distintas leguminosas entre las potenciales damnificadas. En un contexto de “temperaturas elevadas, humedad baja, vientos fuertes y tormentas eléctricas”, quedan preguntas importantes por resolver. “¿Por qué el fuego ascendió tan rápido?”, plantearon los productores consultados.
La tensión y la tragedia vividas en los últimos días han llevado a que, por el momento, ningún representante de una organización agraria haya hablado públicamente sobre dos temas claves para entender lo ocurrido: la limpieza de los montes como medida preventiva y el uso de cosechadoras a pesar de las altas temperaturas registradas en la Comunidad foral. Pero, de forma anónima, sí hay quienes ofrecen una lectura preliminar, con el corazón aún encogido ante tanta destrucción.
“De cara al futuro, habría que fomentar la ganadería extensiva para que se mantengan los montes más limpios”, valoraron dichas fuentes. A su juicio, otra posible solución pasa por permitir, “como se ha hecho toda la vida”, que los agricultores poden las zonas colindantes a sus espacios de trabajo, “ahora rodeadas de maleza por todos los lados”.
Por otra parte, representantes de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN) y de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN) mantuvieron una reunión el pasado sábado con Javier Remírez, vicepresidente primero y consejero de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior. Fue un encuentro donde las partes, precisaron dichas fuentes, trabajaron “para que se emitiera la orden foral de prohibición de labores agrícolas”.
“Hubo quienes quisieron poner denuncias sin saber que el propio 112 había pedido sacar las cosechadoras (para ayudar con los cortafuegos)”.
En el sector agroalimentario son conscientes de las críticas que, desde algunos ámbitos de la ciudadanía, se están lanzando sobre el campo respecto al uso de cosechadoras en medio de una ola de calor tan intensa. Incluso hay quienes consideran que la orden foral llegó demasiado tarde, cuando ya se había desatado el problema. Unas valoraciones que, al mismo tiempo, van acompañadas de numerosas alabanzas por el duro trabajo que numerosos productores están llevando a cabo para hacer cortafuegos y salvar sus localidades. Un ejemplo muy claro fue el de Echarren de Guirguillano, donde varios lugareños frenaron al fuego a bordo de sus tractores.
“Los agricultores son los primeros que quieren evitar que salte una chispa mientras hacen labores, ya que eso puede quemar sus cultivos y sus herramientas de trabajo y pone en riesgo su vida y la de sus pueblos”, defendieron desde el sector.
LOS CORTAFUEGOS
En su opinión, las críticas se basan en un desconocimiento del mundo rural. “La gente tiene que entender que para hacer los cortafuegos primero es necesario cosechar, quitar el grano según la altura indicada y luego pasar el tractor por encima para mover la tierra. De lo contrario, si llega el fuego se va a quemar igual”, detallaron.
“En las zonas afectadas nadie cuestiona la labor de los agricultores. Al revés, están agradecidos”.
De hecho, y “ante la falta de efectivos suficientes”, precisaron que el Gobierno foral “pidió a los agricultores de las zonas afectadas que sacaran sus cosechadoras al campo” para llevar a cabo esta labor. “Hubo quienes quisieron poner denuncias sin saber que el propio 112 había pedido sacar las cosechadoras”.
A este respecto, las fuentes con las que contactó este medio afirmaron que episodios “como el del agricultor de Los Arcos denunciado, que se puso a cosechar teniendo un incendio al lado, no hacen ningún favor al colectivo”. Pero defendieron al mismo tiempo que se trata de “un caso entre mil”: “Imagina que te llaman de Emergencias diciéndote que tienes que salir con tu maquinaria, que cuesta un dineral. Vas, ayudas, arriesgas tu vida, estás toda la noche sin dormir y luego lees en redes sociales y en grupos de WhatsApp que la culpa es tuya”.
De hecho, remarcaron que el clima en los pueblos azotados por las llamas es muy distinto. “Allí nadie cuestiona la labor de los agricultores. Al revés, están agradecidos. De hecho, en la zona de Los Arcos llamaron a todos los disponibles para hacer cortafuegos. Y muchos vecinos, ayudados por diferentes organizaciones locales, prepararon un montón de bocadillos y llevaron agua a quienes estaban allí trabajando”.
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