miércoles, 11 diciembre 2024

José Félix Aramendia no perdió el bus

Su decisión de fichar por Sunsundegui en 2010, meses después de que la empresa estuviera a punto de bajar la persiana, fue para algunos una verdadera locura. Pero junto con el resto del equipo directivo y una sufrida plantilla, ha luchado lo indecible para sacar adelante la compañía. A comienzos de 2023, además, Aramendia fue nombrado director general de la firma. Hoy celebra el preacuerdo alcanzado con Volvo Bus, que trae consigo la ansiada estabilidad a la planta de Alsasua. De hecho, Sunsundegui espera pasar de facturar 50 millones de euros en 2023 a superar los 151 en 2028.


Pamplona - 13 mayo, 2023 - 00:02

El preacuerdo con Volvo Bus ha traído vientos de optimismo a la compañía de Alsasua. (Fotos: Ana Osés)

No es el momento de recordar la azarosa trayectoria de la emblemática empresa fundada en 1944 por José Sunsundegui en Irún y que, en 1956, se trasladó a Alsasua. Casi 70 años en los que, tras cada caída, Sunsundegui ha vuelto a ponerse en pie. Su pervivencia es el triunfo del sacrificio y la constancia frente a la adversidad. También es fruto del esfuerzo y de la fe en un trabajo bien hecho. Valores que ahora se han visto reconocidos por Volvo Bus, la división de autobuses de la firma sueca, con un preacuerdo que pone de manifiesto la satisfacción del fabricante sueco con la calidad del producto y el servicio brindado por Sunsundegui. Y es que la colaboración entre ambas empresas se remonta a años atrás.

Lo que corresponde ahora es dar la enhorabuena al director general de la factoría alsasuarra, José Félix Aramendia. Porque, de la mano de Volvo Bus, Sunsundegui proyecta pasar de facturar 50 millones de euros en 2023 a superar los 151 en 2028, con un resultado neto que en ese mismo plazo se multiplicaría por diez: de 0,6 millones este año a 6,3. El proyecto, cuya puesta en marcha se prevé para mayo de 2024, tras una inversión de unos 16 millones de euros, precisará la contratación de entre 400 y 500 personas para cubrir otros tantos puestos de trabajo, directos e indirectos. Actualmente, tiene en torno a 305.

Aramendia agradece sonriente nuestra felicitación y señala que es un logro compartido: “Ya sé que en estos casos se suele hablar de trabajo en equipo, pero es así. Uno solo no hace nada”. Igual nos estamos adelantando teniendo en cuenta que, de momento, se habla de preacuerdo. ¿Qué falta para que sea definitivo? ¿Existe algún riesgo de que se pueda ir al traste la operación? El responsable de Sunsundegui, sin dejar de sonreír, nos tranquiliza. “Quedan algunos flecos, detalles como la transferencia de utillaje… Pero lo que se ha firmado ya es lo importante. Además, Volvo lo ha hecho público. Teníamos una relación con ellos que viene de lejos, pero esto es pasar a otro nivel. Nos hacemos cargo de la parte alta de su gama, de los modelos de larga distancia”.

“Siempre sueñas con una cosa como esta. El preacuerdo con Volvo es muy importante. Supone mucho, mucho para nosotros”

Sunsundegui carrozó, sobre chasis Volvo, 516 autobuses que fueron destinados al transporte de viajeros en la Expo 2021 de Dubái y entre Dubái y Abu Dabi. “Eso nos acercó bastante a ellos”. La satisfacción del fabricante sueco con el trabajo realizado ha posibilitado un entendimiento rápido, fraguado en el primer cuatrimestre de 2023, el tiempo que José Félix Aramendia lleva al frente de la compañía. Dice que es una coincidencia, que el relevo del anterior director general, José Ignacio Murillo, ya estaba previsto antes de conocer los planes de Volvo de cerrar su planta de Polonia y trasladar la producción a Alsasua. De hecho, insiste en que ambos han participado en las gestiones que han despejado el horizonte de Sunsundegui a medio plazo. “Siempre sueñas con una cosa como esta. Y haberlo conseguido es muy importante, supone mucho, mucho para nosotros. Es un alivio, una satisfacción…”, constata.

HUMANISTA METIDO A INGENIERO

Quizás porque como él mismo admite que “aquí las hemos pasado canutas”, su despacho es austero, espartano. Tampoco hay detalles que den pistas sobre su ocupante. Y quien aquí trabaja es un pamplonés de 58 años, ingeniero técnico por el centro Tecnum de la Universidad de Navarra y MBA por ESIC. “En realidad, me habría gustado estudiar Historia o Filología Inglesa. Pero entre que por una parte me decían que a dónde vas a ir con eso, y que por otra no me atraía la docencia, que era la salida profesional más clara, pues aquí estoy. Soy un humanista metido a ingeniero“, subraya entre risas.

“Pero no me arrepiento, ojo”, apostilla acto seguido. Sí ha seguido parcialmente su vocación inicial por la vía de los idiomas. “Me han venido muy bien. En nuestra generación no era muy común estudiarlos, y saber inglés me abrió puertas. Además, el alemán me resultó útil porque en mi anterior empresa trabajábamos para Volkswagen”. Al acabar la universidad, fue contratado por AP Amortiguadores, y ocho años después pasó a la fábrica de direcciones asistidas que KYB abrió en Orkoien. Lo hizo como responsable de Producción y Calidad. “Nos mandaron seis meses a Japón para formarnos, Kayaba era una buena escuela”, recuerda con cierta añoranza.

En septiembre de 2010, tomó una decisión arriesgada. Salió de la multinacional KYB para entrar en Sunsundegui: “Me preguntaban si me había vuelto loco, porque la situación de la empresa era muy complicada. En 2009 se había librado del cierre por esto -dice uniendo el pulgar y el índice de su mano derecha-, porque intervino el Gobierno de Navarra a través de Sodena. Es que nunca se sabe, porque la planta de Orkoien cerró en 2019 y nosotros aquí estamos”.

José Ignacio Murillo, que había sido gerente en AP Amortiguadores, se había hecho cargo de la gestión de la compañía alsasuarra en junio de 2010 y fue él quien le llamó, junto a otras tres personas que trabajaban en su anterior empresa, para que fuera el responsable de Operaciones. A partir de 2014, pasó a ejercer como director técnico en los departamentos de Ingeniería, Calidad, Compras y Posventa.

El acuerdo con Volvo supondrá duplicar el número de autobuses que Sunsundegui carroza cada día.

El acuerdo con Volvo supondrá duplicar el número de autobuses que Sunsundegui carroza cada día.

Por tanto, conoce bien Sunsundegui. Y, desde esa experiencia de más de doce años en el equipo directivo, comenta que su intención no es introducir grandes cambios, sino continuar con el proyecto de empresa que se ha venido desarrollando estos años y afianzarlo. “Es una transición suave más que un corte con lo anterior”. Entre otras cosas porque está vigente el Plan de Viabilidad 2022-2027 aprobado con el apoyo del 73 % del capital social. La dirección tiene el 51 %, y el 49 % restante se reparte en pequeñas participaciones que se encuentran en manos de unas 140 personas que estaban en la plantilla en 2013, cuando se retiró Sodena.

“Cuando dejé Kayaba para entrar en Sunsundegui, me preguntaban si me había vuelto loco”

Tras cuatro meses en el cargo, dice que ha tenido que adaptarse a una visión global del negocio. Y señala que la tarea que afronta “es un reto apasionante, que no sería posible abordar sin el apoyo e implicación de un gran equipo y del conjunto de la plantilla”. “Creen en un proyecto que se ha ganado el respaldo de los gobiernos central y navarro; la confianza de clientes, proveedores y entidades financieras; y la implicación de nuestros trabajadores. Ahora, el proyecto se afianza con el acuerdo con Volvo Bus”. Hace hincapié en elogiar la implicación de los gobiernos navarro y central en las negociaciones, en especial la del consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Mikel Irujo: “Viene Volvo y claro, cuando miran hacia atrás ven que lo hemos pasado mal y se preguntan “bueno, y esto ¿qué?”. Pero se encuentran con que el Gobierno también está empujando para que el proyecto salga adelante y eso allana el camino bastante, bastante”.

Las cifras lo confirman. Hoy, la compañía termina 1,5 autobuses al día, pero a partir de julio está previsto que sean dos. Es decir, unos 440 anuales, a los que desde la próxima primavera se sumará además una cifra similar fruto del acuerdo con Volvo. De ahí la necesidad de duplicar prácticamente la plantilla, ya que Sunsundegui seguirá atendiendo a su propia cartera de clientes. “Tiene su complicación porque la gente que trabaja aquí ejerce un oficio: soldadores, carpinteros, fontaneros, electricistas, pintores, chapistas, ajustadores… Cada autobús se personaliza. En la automoción está todo automatizado, pero eso aquí no vale”, añade con un movimiento de la mano que podríamos traducir como opción descartada.

Un bendito problema teniendo en cuenta otros que tuvieron que afrontar en el pasado y que llevaron a Sunsundegui a situaciones límite, como ocurrió en 2009. Más recientemente, y debido a la caída del turismo a consecuencia de la pandemia, la empresa volvió a vivir tiempos difíciles, traducidos en una pérdida de casi 200 empleos cuando rozaban los 500.

Aramendia señala que su mercado es muy fluctuante. “Tan pronto estás arriba como te hundes”. Y, de hecho, las previsiones para 2023 vuelven a ser optimistas, con una facturación que rondará los 50 millones, cuando antes de la pandemia llegó a superar los 60. “Somos una empresa sólida y en crecimiento, solvente, sostenible y con futuro. La actual evolución positiva y los planes de crecimiento para 2024 indican que el proyecto empresarial se está estabilizando de nuevo, con buenas perspectivas para el medio plazo”. A eso hay que unir el espaldarazo del acuerdo con Volvo Bus, “que asegura la viabilidad futura y marca el inicio de una nueva etapa para Sunsundegui”, manifiesta su director general sin poder ocultar su satisfacción.

UNA BARBARIDAD DE INVESTIGACIÓN

Insiste en que es el premio a su apuesta por la innovación y la investigación. “Con una plantilla de 300 personas, tenemos a treinta en el Departamento de Ingeniería. Es una barbaridad. Pero es que vivimos de la personalización, de los proyectos especiales, y ahí la innovación es un valor diferencial para la empresa y, al contrario de otras, no subcontratamos los desarrollos, sino que los hacemos dentro de la casa”.

Por otra parte, argumenta que su sector es cambiante y está en constante evolución. “Simplemente no nos podemos permitir el lujo de quedarnos estancados”, atestigua. En sus autobuses, los retrovisores ya están siendo sustituidos por cámaras HD con sus correspondientes pantallas, disponen de radares, conexiones USB en las butacas y cuentan con sistemas WiFi, sin olvidar mejoras en la accesibilidad con plataformas para usuarios en silla de ruedas, elementos de seguridad, incorporación de nuevos materiales y otras novedades que va enumerando y enmarca en la constante persecución de la excelencia.

“Al contrario de otras empresas, no subcontratamos los desarrollos, sino que los hacemos dentro de la casa”

Íbamos a plantearle otra pregunta, pero aún no ha concluido el capítulo dedicado a la innovación. Está claro que como ingeniero son temas que domina y le gustan. “Otra cosa que es… curiosa. Va a ser obligatorio un certificado del coeficiente aerodinámico de los autobuses porque, en función del combustible que consuma, pagará más o menos impuestos. Con la colaboración de la Universidad del País Vasco, estamos haciendo una simulación del comportamiento en un túnel de viento de una serie de mejoras que vamos incorporando”, avanza. Para finales de año, la empresa prevé hacer pruebas en carretera con un modelo que proporcionará datos reales.

A comienzos de 2023, José Félix Aramendia fue nombrado director general de la empresa navarra.

A comienzos de 2023, José Félix Aramendia fue nombrado director general de la empresa navarra.

El tema de la electrificación no puede faltar en una entrevista con un representante del sector del motor. Apuntamos que a un fabricante de carrocerías le afecta relativamente poco, pero José Félix Aramendia nos sorprende al anunciarnos que “ya estamos trabajando en el desarrollo de un vehículo carrozado eléctrico”, si bien reconoce que “aún hay mucha incertidumbre por el problema de la autonomía”. “A fecha de hoy, salvo que las baterías evolucionen mucho, se aligeren y aumenten su capacidad, pensar en su utilización en largas distancias está bastante verde”, afirma.

Sin embargo, recuerda que en su anterior empresa, KYB, hacían bombas hidráulicas para direcciones asistidas que los fabricantes de coches “sustituyeron por bombas eléctricas bastante antes de lo que los directores pensaban”. “Como digo, el tema está aún verde, pero pensar que no nos va a afectar nunca no es realista“. Una reflexión que demuestra cómo la experiencia le hace ser tan cauteloso como previsor.

El porvenir de Sunsundegui, a medio plazo, está regido por el acuerdo con Volvo. El responsable de la compañía habla de inversiones para ampliar las instalaciones mientras nos muestra, desde la ventana del despacho, espacios que podrían utilizarse para ello. Allí están, alineados, un buen número de relucientes autobuses, recién terminados, que pronto serán entregados a clientes de Israel, Egipto, Emiratos Árabes, países europeos y otros lugares donde gracias a la presencia habitual de sus vehículos ya se han acostumbrado a la difícil pronunciación de la marca Sunsundegui.

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