Leticia Mostajo habla de su firma «con la misma pasión que una madre habla de sus hijos». En 2018 fundó Kintsu Cosmetics, una empresa de Tudela especializada en la producción de cosméticos. Tras surcar con éxito y “mucho sacrificio” sus primeros cuatro años de andadura, la compañía ya comercializa sus productos en gran parte de España. Ahora, sus planes de futuro pasan por desembarcar en Italia, Emiratos Árabes, Latinoamérica y Portugal.
El Kintsugi es una técnica japonesa que se centra en reparar las vasijas rotas cubriendo las grietas con oro. Sus defensores creen que, de esta forma, el objeto arreglado luce más hermoso de lo que era inicialmente, superadas todas esas imperfecciones y heridas propias de la vida en sí.
«Siempre quise dedicarme al mundo de la moda, la imagen, la cosmética y el marketing»
Después de visitar una importante feria de cosmética en Bolonia (Italia), Leticia lo tuvo claro. Nada más bajarse del tren, pasó por delante de una librería en cuyo escaparate vio el libro ‘Kintsugi, el arte de curar tus heridas’. Una señal que determinó el nombre de su negocio actual.
“Kintsugi o Kintsukoroi representa la resiliencia. Y eso en Kintsu lo tenemos grabado a fuego”, remarca su creadora. Y es que Kintsu Cosmetics nació después de que esta emprendedora de 48 años dejara atrás un momento personal muy complicado. Con tan solo 21 años perdió a su padre en un fatídico accidente ferroviario y, ocho años después, su madre falleció a causa de una enfermedad.
A diferencia de sus otros dos hermanos, que no tuvieron la ocasión de estudiar, la pequeña de la familia se licenció en Derecho por la Universidad de Zaragoza, Y estaba preparando las oposiciones para notaria cuando la enfermedad irrumpió en la vida de su madre, truncando el rumbo inicial que había tomado su carrera profesional. “Era un trabajo que no me disgustaba, pero no me daba la vida”, recuerda. Decidió quedarse junto a su madre durante los años de su enfermedad, y con ella compartió su inquietud por cambiar de sector. “En mi interior siempre quise dedicarme al mundo de la moda, la imagen, la cosmética y el marketing”, asegura.
Un sueño que haría realidad poco después. Tras la muerte de su madre, trabajó una temporada en la empresa de conservas de su familia, ubicada en Cortes y que regentaban sus hermanos y un socio de su padre. Pero sentía que no era su sitio. Su pareja de entonces creó una empresa especializada en cosméticos, en la que Leticia permaneció diez años. Sin embargo, la relación no funcionó y decidió tomar distancia.
«La pasión, el conocimiento, la experiencia y el equipo han sido claves para llevar a cabo el proyecto»
“Fue un momento muy duro”, evoca emocionada. Sin embargo, rescató el espíritu emprendedor que había heredado de su padre y se aventuró a crear su propia firma gracias al apoyo del mayor de sus hermanos. “La pasión, el conocimiento, la experiencia y el equipo han sido claves para llevar a cabo el proyecto”, defiende.
Y eso que carecía de liquidez. Pero gracias al respaldo de Caja Rural de Navarra y Sonagar, consiguió la financiación necesaria para poner en marcha la compañía, que actualmente cuenta con una sede en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela (CAT).
La plantilla de la capital ribera está formada por dos mujeres más: Laura y Ianira. Y una cuarta, Zoraya, se encarga de la distribución en la zona de Levante. Pero su intención es expandir el negocio y aumentar el personal. “Quiero ampliar el equipo. Hay mucho trabajo por hacer. Podrá faltar dinero en algún momento determinado, pero tenemos ideas por un tubo”, declara la fundadora.
En estos momentos, la empresa posee dos marcas diferenciadas. Por un lado, Yokko Professional, especializada en cosmética vegana de peluquería y donde cuenta con más de cincuenta referencias. Y por otro está Bakkai Beauty, una línea especializada en cosmética para farmacias con productos de rutina facial y de cuidado corporal. Aunque sus canales de ventas son muy distintos, comparten la misma filosofía: «innovación, calidad y sostenibilidad».
«Quiero ampliar el equipo. Hay mucho trabajo por hacer. Podrá faltar dinero en algún momento determinado, pero tenemos ideas por un tubo»
Su idea inicial era comenzar con Yokko, pero la irrupción del Covid-19, que afectó con dureza al sector de las peluquerías, supuso un importante frenazo. Así que el equipo de Kintsu lanzó Bakkai. El primer producto que salió de sus laboratorios fue un gel hidroalcohólico, que en Tudela apodaron como el «‘gourmet’ de los geles».
«Somos usuarias de farmacia por tener dermatitis atópica. Sabíamos lo que debíamos mejorar para que el producto no fuera como otros. Con Bakkai buscaba trasladar la filosofía de Rituals al sector de las farmacias, que para nuestro gusto tiene que evolucionar», subraya.
Tras la pandemia, Yokko fue ganando fuerza hasta posicionarse en el mercado como una gama de nivel media alto. “Realizamos productos veganos, sin siliconas, sin sulfatos y reduciendo al máximo los derivados del petróleo. También intentamos que sean multifuncionales. El objetivo era conseguir que resultaran efectivos. Además, nuestros productos no están orientados únicamente al consumidor final, sino también al sector profesional, que es mucho más exigente”, especifica la propietaria.
Recientemente ha participado con Yokko en el festival de televisión Festval de Vitoria-Gasteiz, donde peinó a numerosas celebridades nacionales y repartió productos de su empresa entre los asistentes. Una acción que les está generando un buen feedback: “Vamos por muy buen camino. Pero no podemos hacer la publicidad de las grandes marcas. Realizamos las mejores acciones que podemos dentro de nuestras posibilidades”.
La empresa ribera posee clientes en Barcelona, Madrid, Alicante, Valencia, Navarra, Aragón, Granada, Málaga… Pero Leticia quiere introducir sus productos poco a poco, en la medida en que vaya encontrando distribuidores de confianza. En ese proceso, señala que decidió no comercializarlos en Amazon.
De cara a 2023, espera iniciar las exportaciones. En concreto, aspira a estar presente en dos ferias especializadas del sector que se celebrarán en Bolonia y Dubái. Así mismo, a través de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA) ha participado en una ronda de conversaciones con compañías de Colombia, Chile y Perú. Y se encuentra negociando con empresas de México y Portugal para llegar “a los máximos sitios posibles”. A futuro, también contempla la posibilidad de sumar una tercera marca para maquillaje.
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