El reloj que marca la cuenta atrás hasta el mediodía del 6 de julio en la calle de la Estafeta lo tiene bastante claro. El pasado fin de semana sumó 365 días más, con sus horas, minutos y segundos, augurando que Pamplona se quedará sin sus fiestas en 2020. Y este martes se dio un paso más en esa dirección, ya que el Ayuntamiento de la capital navarra confirmó que los Sanfermines no se celebrarán en julio. La alcaldesa en funciones, Ana Elizalde, ve “complicado” que tengan lugar en otras fechas, como también apuntó a NavarraCapital.es la directora general de Turismo del Gobierno de Navarra, Maitena Ezkutari. Pero al menos desde el Consistorio no quieren descartar del todo esta posibilidad y la supeditan a cómo vaya evolucionando la pandemia en los próximos meses.
Nacho Calvo: “La suspensión de las fiestas es como una muerte anunciada, pero no por mucho esperarla resulta menos dramática”.
La decisión del Ayuntamiento pamplonés era un secreto a voces. E, inevitablemente, agravará la situación ya de por sí crítica que viven bares, restaurantes y hoteles. Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, señaló que era una noticia “esperada” porque actualmente resulta imposible garantizar la seguridad sanitaria, sobre todo teniendo en cuenta las aglomeraciones que se producen durante los Sanfermines en particular en bares y locales de hostelería del Casco Viejo pamplonés, y la afluencia de personas de otros países: “Es como una muerte anunciada, pero no por mucho esperarla resulta menos dramática”.
“En realidad, se trata de un drama más porque, a efectos del negocio, la Semana Santa ha sido inexistente, el puente del 1 de mayo lo mismo, no hemos podido celebrar la Semana del Pintxo…”. Unas circunstancias “que están perjudicando de una manera brutal, muy dura” a los establecimientos, que durante los nueve días de fiestas recaudan aproximadamente entre el 15 y el 20 % de su facturación anual. También se van a ver perjudicadas las personas que habitualmente son contratadas durante los Sanfermines para reforzar las plantillas.
Nacho Calvo: “Nos hemos quedado sin Semana Santa, sin puente del 1 de mayo, sin la Semana del Pintxo…”.
Ante la posibilidad de aplazar las fiestas a otras fechas o de celebrarlas de un modo diferente, Nacho Calvo no se pronuncia. Pero admite que sería una forma de “dar una visión positiva” a una situación que, insiste, es “dramática” porque la suspensión se va a traducir en el cierre de algún local.
En este sentido, indica que los profesionales del sector están “desmoralizados” ante la incertidumbre sobre el calendario del desconfinamiento y la forma en la que se llevará a cabo, lo que impide hacer cualquier previsión: “El primer problema es la salud, eso está claro, pero tenemos otro que cada vez es más gordo: la economía”.
Por eso, la asociación está manteniendo conversaciones con las administraciones públicas para acordar medidas de apoyo a un sector que, junto con el turismo, va a ser de los últimos en recuperar una actividad más o menos normal. Y desde la entidad reconocen la receptividad de las autoridades, que esperan se traduzca en acciones concretas y ayudas eficaces. Una de sus reivindicaciones, tal y como adelantó este medio, pasa por tener margen para poder aplicar reestructuraciones de sus plantillas tras los ERTE.
“La noticia no nos coge por sorpresa. Nuestra mayor preocupación ahora mismo es trabajar en el día a día para preparar la reapertura de nuestros negocios en el momento en el que sea posible. Por ello apelamos al Gobierno de Navarra y a los ayuntamientos para que ayuden a este sector, que es el que más va a padecer la crisis”, incidieron también desde la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (ANAPEH).
“CRÓNICA DE UNA SUSPENSIÓN ANUNCIADA”
La suspensión de las fiestas tampoco pilló con el pie cambiado a Sara Martínez, presidenta de la Asociación de Hoteles de Pamplona y directora del Hotel Pamplona El Toro. “Todos lo esperábamos cuando incluso el Oktoberfest, que es posterior, ya se ha suspendido. Tal y como está la situación crítica a nivel sanitario, es entendible totalmente. Se trata de la crónica de una suspensión anunciada”, apuntó a NavarraCapital.es.
Los hoteleros entienden la decisión “ante la situación crítica a nivel sanitario”, pero lamentan que todavía no haya un “calendario sobre la desescalada”.
No obstante, la presidenta de la asociación transmitió su inquietud por la falta de un calendario desde el Gobierno central, en el que se vaya poniendo fechas a la reapertura del sector.
Por ejemplo, todos los hoteles que celebran bodas y eventos tienen la agenda llena en julio y agosto. Y los clientes llaman continuamente para preguntar qué va a pasar. “Pero no tenemos respuesta, porque nadie nos la da”, lamentó Martínez en nombre de toda la asociación: “La incertidumbre es, sin duda, lo peor de esta situación”.
Aunque en la entidad son conscientes de la complejidad que conlleva la actual situación, Martínez cuestionó declaraciones como las realizadas recientemente por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que habló de una reanudación total de la actividad en dos tiempos y señaló que el turismo, la hostelería, la cultura y el ocio podrían volver a finales de año. “Sin habernos presentado ningún calendario ni restricciones, dice algo así. Y claro, hubo clientes que se plantearon suspender eventos que tienen cerrados incluso en noviembre”, subrayó.
De hecho, la Mesa del Turismo Nacional tachó de “barbaridad” tal posibilidad y de “temeridad” un anuncio que se considera contradictorio con la postura de otros miembros del Gobierno español que, desde la prudencia, han evitado hasta el momento poner fechas a la desescalada.
MESAS DE NEGOCIACIÓN
El sector hotelero está cerrado, pero no parado. Y precisamente ante la incertidumbre de fechas, ya trabaja para dar pasos hacia la normalización tras la pandemia: “Estamos en mesas de negociación a nivel nacional para elaborar un certificado que garantice la seguridad higiénica dentro de nuestros establecimientos una vez puedan reabrirse”, explicó la presidenta de la asociación.
El sector hotelero trabaja a nivel nacional para elaborar “un certificado que garantice la seguridad higiénica” de los alojamientos una vez puedan abrir.
Parece evidente que la expansión del Covid-19 exige la puesta en marcha de este protocolo, que minimice los riesgos higiénico-sanitarios. Y el Instituto de Calidad Turística Española (ICTE), coordinado con la Secretaría de Estado de Turismo y los sectores turístico y sanitario, ha asumido el reto de elaborarlo.
Así, de forma consensuada con las grandes organizaciones empresariales del sector, está trabajando en los certificados y las especificaciones técnicas que permitan a los establecimientos normalizar la actividad cuando termine la pesadilla.