La Asociación de Empresas Familiares de Navarra (ADEFAN), la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) y la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Navarra se muestran partidarias de suprimir el impuesto al patrimonio empresarial. Una medida, aún por concretar, que fue esbozada el pasado viernes por la consejera de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra, Elma Saiz, y por la que ADEFAN ha trabajado de forma incansable durante mucho tiempo, ya que las empresas familiares son las más afectadas.
Este lunes, dos socios del actual Ejecutivo foral, Podemos e Izquierda-Ezkerra, se posicionaron en contra de la iniciativa, igual que hizo EH Bildu. Y desde Geroa Bai comentaron que trabajarán en este «desacuerdo». Pero en el otro lado de la balanza, Navarra Suma resaltó que «apoya totalmente» la supresión de este impuesto y «eliminar cualquier situación de discriminación» del tejido empresarial, de modo se mostró a favor de dialogar para lograr el consenso necesario.
Frente a la actual división política en torno a este tema, las empresas familiares navarras fueron unánimes y respaldaron la iniciativa planteada por Saiz en el Parlamento. “ADEFAN ve con agrado este anuncio, porque en nuestra asociación siempre hemos defendido modificar la actual normativa del impuesto de patrimonio”, explicó Pachi Esparza, presidente de ADEFAN.
Igualmente, fuentes de la CEN indicaron a NavarraCapital.es que la organización siempre se ha mostrado contraria a este impuesto. Y recordaron que, en el documento titulado ‘130 propuestas empresariales ante las elecciones de 2019 autonómicas y municipales’, la entidad ya pidió “reorganizar el sistema fiscal”. Un escenario que, “en los últimos años, ha empeorado radicalmente en la Comunidad foral”.
En la Cámara de Comercio también defienden la eliminación de dicho tipo impositivo, «porque las empresas navarras se encuentran perjudicadas y desfavorecidas», subrayó su presidente, Javier Taberna. De hecho, Taberna trasladó recientemente a la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, que «es necesaria una revisión del enfoque, objetivos e implementación de la imposición patrimonial, a través de la eliminación del impuesto sobre el patrimonio».
Pero además, Navarra, «única» región donde aún se aplica dicho impuesto, se ha situado en una posición menos ventajosa que el resto de comunidades para atraer empresas e inversiones, según la CEN y la Cámara de Comercio. Tanto es así que, a juicio de ambas organizaciones, se han producido deslocalizaciones de contribuyentes en los dos últimos años, con la consiguiente pérdida de ingresos para las arcas públicas.
AGRAVIO COMPARATIVO
Por estos motivos, Esparza hizo hincapié en la importancia de suprimir “este tributo”, que supone un “importante agravio comparativo respecto a la fiscalidad del resto de comunidades”. Precisamente, tanto desde la CEN como desde la Cámara secundaron la posición de ADEFAN, ya que «para la empresa familiar, este impuesto es especialmente gravoso”.
El impuesto al patrimonio empresarial, analizó Taberna, conlleva una discriminación que penaliza el ahorro y la inversión sobre el consumo, lo que ha originado «su práctica supresión en la mayor parte de los países» de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). «Esperamos que el próximo año se elimine, ya que hay mayoría suficiente en el Parlamento para ello», valoró optimista.
Ya de cara a las pasadas elecciones autonómicas y municipales, la CEN demandó “una construcción fiscal consensuada entre los grupos políticos, que sea estable a lo largo de los años” .
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