jueves, 12 diciembre 2024

Navarra también quiere su propia ‘biofoundry’

Por primera vez, una tecnología permite al ser humano desmenuzar el genoma para trocearlo, estudiarlo o transformarlo según su conveniencia. Esa disciplina recibe el nombre de biología sintética y Navarra no es ajena a esta revolución. Al contrario, algunos expertos locales consultados por este medio la colocan entre los territorios que mejores condiciones reúnen para desarrollarla. De hecho, hace escasos días nació una cátedra creada al efecto en la UPNA. Sin embargo, quedan flecos importantes para lograr el objetivo, como la puesta en marcha de una plataforma integral que permita disponer de capacidades para el rápido diseño, construcción y prueba de conceptos de biología sintética. Países como Reino Unido y Estados Unidos ya han lanzado sus proyectos en este campo.


Pamplona - 18 febrero, 2021 - 07:00

De izquierda a derecha y de arriba abajo: Gonzalo Rodríguez (Nasertic), Inés Echeverría (CNTA), Ángel Alonso (Medicina Personalizada), Mario Grande (Nowture), Carlos López (UPNA) y Yolanda Blanco (Gobierno de Navarra).

“Durante años, el hombre ha usado el microondas. Y ahora, de repente, ha descubierto su libro de instrucciones (los códigos que explican la vida) y eso le ha permitido comprenderlo todo”. El símil es del subdirector de la Escuela Superior de Ingeniería Agronómica y Biociencias de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). A Carlos López le sirve el ejemplo para definir qué es la biología sintética y, sobre todo, para explicar su importancia. Porque, por primera vez, el mundo se encuentra ante una tecnología que permite al ser humano desmenuzar el genoma, el código de la vida, para trocearlo, estudiarlo o transformarlo según su conveniencia.

Mario Grande, managing director de Nowture, comparte el argumento y la visión esbozados por López. “Ahora estamos en un punto similar al momento de eclosión que vivieron las TIC entre 1995 y 1998, con la pequeña diferencia de que, detrás de la biología sintética, hay una patente que no se puede replicar”. Junto a este, el otro aspecto que diferencia al nuevo fenómeno es su carácter multidisciplinar. “La biología sintética supone, entre otras cuestiones, aplicar tecnologías de análisis y tratamiento masivo de datos a los temas biológicos”, agrega Inés Echeverría, directora de I+D en CNTA y recién nombrada presidenta de honor de la Cátedra de Biología Sintética. Una iniciativa impulsada por Yolanda Blanco, directora general de Industria, Energía e Innovación, y Juanjo Rubio, gerente de la Unidad de Innovación Social de Navarra del Gobierno foral.

La supercomputación resulta ser, por tanto, un primer factor clave para poder gestionar “los más de 3.000 millones de elementos con variantes de cuatro cifras que forman nuestro material genético”, confirma el coordinador científico de la Estrategia Navarra de Medicina Personalizada, Ángel Alonso. No solo eso, ha permitido que un proceso tan complejo se haya abaratado, democratizado y agilizado al máximo. “Se puede hacer más ciencia y todo va más rápido”, confirma Grande. Así, la aplicación en moléculas y sistemas biológicos de principios que hasta ahora solo se implementaban en materiales inertes ha tenido una consecuencia muy concreta: las posibilidades de crear nuevos desarrollos “más eficientes de los que ya existen en la naturaleza” ha crecido de forma exponencial.

Mario Grande (Nowture): “Con la biología sintética, estamos en un punto similar al momento de eclosión que vivieron las TIC entre 1995 y 1998”.

Gonzalo Rodríguez, director de Medicina Personalizada y Laboratorios en Nasertic, enumera algunos de los campos que se han visto beneficiados: la microbiología, la tecnología de los alimentos, la agricultura y la ganadería o la metagenómica, por citar varios ejemplos. “Igualmente, puede suponer para Navarra la consolidación de dos ecosistemas muy activos, como el sector de la salud o el de la agroalimentación, y de otros que logren hibridar con las tecnologías e infraestructuras ya existentes”, añade. Su entidad, sin ir más lejos, ya ha empezado a trabajar en ello. Efectivamente, Nasertic dispone de capacidad para secuenciar (leer y entender) la información completa de decenas de genomas en un solo día.

CNTA, por su parte, la está aplicando en nuevos biosensores, que permiten la detección de fraudes o la presencia de patógenos. “Eso garantiza una mayor seguridad alimentaria”, comenta Echeverría. Y luego está la personalización en salud. Toda una oportunidad para un tejido empresarial navarro que, en opinión de Alonso, “está preparado aunque podemos prepararlo más”. En esa línea destaca, además, el desarrollo económico que la biología sintética puede suponer para la región, “puesto que se contempla un crecimiento descomunal de este vector para el próximo lustro”.

LAS NECESIDADES

Una vez definidas las líneas de trabajo y las metas que se pretenden alcanzar, se antoja “necesario” que Navarra cuente con “infraestructuras integradas, que permitan disponer de las capacidades necesarias para el rápido diseño, construcción y prueba de conceptos de biología sintética”, indica Echeverría. Dichas plataformas reciben el nombre de ‘biofoundries’, a imagen y semejanza del Imperial College de Londres o el Agile Biofoundy de Estados Unidos. La creación de la Cátedra de Biología Sintética de la UPNA es, para la directora de I+D en CNTA, “un paso muy relevante en este sentido”. “Sin embargo, no disponemos de algunas de las capacidades que nos permitirían crear un ‘biofoundy’ foral como, por ejemplo, la vinculada al ‘bio-printing’ para la producción de series de ADN o ARN”, advierte.

Precisamente, esta última demanda está relacionada con un segundo caballo de batalla al que se enfrenta la Comunidad foral en este campo: la gestión del talento. Aquí, Gonzalo Rodríguez lo tiene claro. “Debemos trabajar en la creación de talento a través de formación reglada”. El guante que lanza es recogido también por Carlos López, quien recuerda los nuevos grados puestos en marcha por la UPNA en los últimos años. En todo caso, para el primero también resultan imprescindible “nuevas estrategias de retención del talento y captación de profesionales, que consideren a Navarra como una región atractiva para establecerse”.

Inés Echeverría (CNTA): “La creación de la Cátedra ha sido un paso muy relevante, pero todavía no tenemos algunas de las capacidades que nos permitirían crear un ‘Biofoundry’ en Navarra”.

Y, finalmente, habría que impulsar una mayor colaboración público-privada. “Tenemos que alinear todas nuestras fortalezas y sacar el máximo provecho de nuestros recursos para abordar nuevas áreas de conocimiento e investigación, que repercutan en una salud mejor y un mayor desarrollo económico para todos”, afirma Alonso. En este sentido, Rodríguez cree que la revolución puede empezar en Navarra hoy “si se buscan soluciones ‘win win’ para toda la cadena de valor”. Y, para ello, pide “fusionar el liderazgo público en los sectores estratégicos, los programas de asesoría y formación, la captación de talento, el apoyo al emprendimiento o los proyectos de I+D a todos los niveles”.

Mario Grande da un paso más y solicita lo que denomina como ecosistemas de innovación integrales. “Sería algo diferente a lo realizado hasta ahora. Porque España está muy bien posicionada a nivel científico, pero no hay transferencia y los productos que se licencian en universidades y centros tecnológicos luego son explotados comercialmente en Alemania y Estados Unidos”, señala. Frente a esa debilidad, ofrece el apoyo del sector privado porque “la clave al final es que la ciencia se convierta en empresas con suficiente capacidad para competir en mercados globalizados y altamente competitivos”.

También desde el sector público, la directora general de Industria, Energía y Proyectos Estratégicos S3, Yolanda Blanco, confirma que “la biotecnología y la biología sintética van a tener aplicaciones muy relevantes en todas las áreas de la Estrategia de Especialización Inteligente de Navarra“. De ahí la invitación que realiza al sector privado para potenciar conjuntamente esta nueva área de investigación. “Juntos podemos conseguir modificar bacterias u organismos para producir productos específicos o eliminarlos directamente en la industria, la energía y la salud“. Incluso se podrán elaborar “fármacos como el caso de la vacuna de Pfizer frente al coronavirus o mejorar la resistencia a las plagas y al cambio climático”.

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