jueves, 18 abril 2024

VW Navarra frena en seco

De forma "consensuada" con el Comité de Empresa, la Dirección decidió este domingo paralizar la actividad de la planta con efecto inmediato y hasta nuevo aviso. Este lunes, volverán a reunirse para iniciar la negociación del ERTE.


Pamplona - 15 marzo, 2020 - 20:53

Volkswagen Navarra

La planta de Landaben permanecerá cerrada hasta nuevo aviso. (Foto: archivo)

SEAT, en Martorell; Nissan, en Barcelona; Renault, en Palencia y Valladolid; Mercedes, en Vitoria; Grupo PSA en Madrid, Zaragoza, Vigo y el resto de Europa… Y Volkswagen Navarra. El coronavirus se cobra otra víctima en el sector del automóvil, uno de los principales pilares de la economía española junto al turismo. La Dirección, de forma consensuada con el Comité de Empresa, decidió este domingo cancelar la actividad en la planta ubicada en Landaben. La decisión se aplicó con efecto inmediato y hasta nuevo aviso. Y afectará inevitablemente a toda la industria auxiliar, de la que dependen alrededor de 5.000 trabajadores (1.700 de ellos son empleados en proveedores de Volkswagen).

El acuerdo se cerró a las 20:30, después de dos días en los que los sindicatos habían reclamado la paralización de la producción porque, a su juicio, ahora mismo no se puede garantizar la seguridad de los trabajadores. Este lunes, volverán a reunirse para negociar las condiciones del ERTE, que había quedado en punto muerto.

La decisión afectará a la industria auxiliar, de la que dependen unos 5.000 trabajadores. De ellos, 1.700 operan en proveedores de VW Navarra.

Fueron muchas las reuniones que se celebraron a lo largo de la jornada. Por un lado, el Comité de Empresa mantuvo un primer encuentro a las once de la mañana, en el que apuntalaron un mensaje unitario ante la sociedad navarra y la propia Dirección. Los delegados de CCOO, UGT, ELA, LAB, CGT y la Confederación de Cuadros Profesionales comparecieron en una rueda de prensa improvisada, frente a las instalaciones de la planta, para dar a conocer su postura.

En concreto, exigían que la actividad cesara inmediatamente y se firmara el correspondiente Expediente de Regulación Temporal y de Empleo (ERTE). Eso sí, con la condición de que se garanticen tanto el empleo como el cobro íntegro de los salarios. Pero la respuesta de la Dirección, según ellos, fue insatisfactoria: “Apelamos a la cordura, el sentido común, la responsabilidad y la sensatez, ya que todavía queda tiempo para que dicte la paralización inmediata de la producción”.

El documento era duro. En el comité entendían que, pasadas veinticuatro horas de la declaración del estado de alarma, la empresa seguía «sin reaccionar, máxime cuando ya han aparecido casos con síntomas muy claros y hay trabajadores en aislamiento”. Pese a ello, criticaron, se continuó con la producción de fin de semana.

LOS ARGUMENTOS

“Se cierran comercios, cines, bares, restaurantes y se prohíben actividades que supongan la concentración de personas. La empresa tiene que pensar en los miles de trabajadores que estamos cruzando los tornos en cada jornada de trabajo, la aglomeración en los vestuarios y en las líneas de producción. Tanto la empresa como los sindicatos tenemos la obligación de velar por la salud de los trabajadores y no se entendería que, en estos momentos, no se actuase de manera clara y contundente”, resaltaron.

Por ese motivo, el Comité de Empresa contactó con la Dirección para definir las medidas necesarias de cara al cese de la producción y evitar así “un foco de contagio y expansión del virus”, ya que una parte importante de las plantilla “trabaja en líneas de producción, donde no se cumplen las directrices marcadas en cuanto a distancia, etc”. En ese instante, la Dirección de la compañía, como ya hiciera este sábado, aún no daba una versión oficial al respecto. Eso sí, las fuentes consultadas precisaron que, por el momento, tres trabajadores habían sido evacuados a sus domicilios por posibles contagios, pero “hasta este viernes estaban asintomáticos”.

LAS REUNIONES DE LA TARDE

Ya por la tarde, la Dirección y el Comité de Empresa se reunían por separado, a eso de las cinco, para analizar la situación. Hasta que los responsables de la compañía citaron a los sindicatos a las ocho de la tarde con el fin de negociar un acuerdo. De esa sesión salió un comunicado de los responsables de la planta, anunciando una decisión previamente «consensuada» con los sindicatos. Y en el texto, la Dirección daba su particular versión, en medio de la «alerta social provocada por el agravamiento de la evolución de la pandemia y la entrada en vigor del estado de alarma».

La empresa justificó su decisión por dos motivos: la imposibilidad de garantizar la salud de los empleados y la falta de personal en el turno de las 20:00.

Por un lado, admitía «la imposibilidad de garantizar la salud de los trabajadores por las cada vez más exigentes medidas de seguridad definidas por las autoridades sanitarias». Un problema que atribuyeron «a razones todas ellas externas y ajenas a la voluntad y posibilidades de actuación de la empresa».

Por otra parte, hizo referencia a la «falta de personal» registrada al inicio del turno de las 20:00, lo que impidió «arrancar las instalaciones». Volkswagen Navarra tomaba así la decisión de cesar su actividad en ese instante y solicitaba a su plantilla «que no se incorpore a trabajar a partir de ahora».

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