La irrupción de la pandemia sorprendió a Irene Echeverría en un momento de mucho trabajo, en pleno desarrollo de Blanco Metro, su proyecto de home staging y decoración. Admite que se «agobió mucho». Porque, además, contrajo el coronavirus y tuvo que permanecer tres semanas en casa, durante las que se quedó sin apenas energía.
«Todas las obras y proyectos se paralizaron por completo», apunta a NavarraCapital.es. Irene no cuenta con un inversor detrás que la apoye, de modo que se las ingenió para generar una nueva fuente de ingresos durante el confinamiento: «He aprovechado para crear una línea de negocio adicional: un curso ‘online’ de ‘home staging’. Eso me ha permitido ayudar a otras personas a que cambien su rumbo profesional y se dediquen a una profesión que tiene mucho mercado en los próximos años».
Este es uno de los muchos casos de emprendedores afincados en Navarra que han visto cómo su sueño inicial ha tenido que reorientarse prácticamente nada más nacer o, incluso, cuando aún se encontraba en pleno proceso de gestación. Algunos proyectos se han quedado en el aire, otros justo en la casilla de salida… Y también hay quienes, como Irene, han buscado nuevas alternativas. Emprendedora incansable, se muestra optimista y convencida de que cualquier crisis es una oportunidad. «No me da miedo la crisis de la que todo el mundo habla. Espero que salgamos de esta con mucha creatividad y con actitud solidaria», sentencia.
LOS JÓVENES, LOS MÁS CASTIGADOS
La realidad es que la crisis provocada por el Covid-19 está castigando con más fuerza a los jóvenes, tanto en su búsqueda de empleo como en la puesta en marcha de nuevos negocios. Dentro de ese gran grupo que conforman, están los emprendedores, aquellos que acababan de comenzar un nuevo proyecto tras años de idear, pensar, crear, organizar y ahorrar. Algunos incluso se han topado con que deben aplazar la apertura de su negocio.
En noviembre de 2018, Xabi Aláez fundó la empresa Inbiot, dedicada al desarrollo de soluciones para la monitorización y mejora de la calidad del aire interior. El confinamiento lo cogió cuando estaba dándose a conocer a nivel nacional e internacional. De modo que la estrategia comercial, el suministro y envío de materiales, así como las negociaciones con inversores, quedaron paralizados.
Pero desde el primer momento, comprendió que no podía detenerse y, por eso, se lanzó a colaborar en el proyecto Respiradores Navarra Covid19: «Como jóvenes, debemos ser ágiles y adaptarnos a la nueva situación. Nos queda mucha vida laboral por delante. Es justamente en una situación como esta donde los emprendedores nos debemos sabemos mover, tener resiliencia y adaptabilidad. Los que tengan estas cualidades serán los que sepan sacar todo adelante».
Además, ha reconducido el negocio de Inbiot asociándose con otras cinco empresas para crear el proyecto ‘Tu Ambiente Sano’, cuyo objetivo es garantizar a los comercios navarros un entorno seguro y saludable para sus clientes y trabajadores. En este sentido, ofrecen las últimas tecnologías en salubridad ambiental, de modo que los locales protegidos por este servicio cuentan con un sello de garantía en la fachada.
También hay quienes estaban a punto de comenzar su producción cuando la pandemia condujo al mundo al confinamiento. Es el caso de la recién creada Gravity Wave, una startup de economía circular que se encarga de recoger plásticos del Mediterráneo para reconvertirlos en accesorios de telefonía.
«Teníamos planeado lanzar las fundas para móvil el 6 de abril. Los primeros 2.000 kilos de plástico recogidos del mar estaban listos para ser reciclados, pero la planta de reciclaje cerró y permanecerá cerrada hasta junio… También tuvimos que parar la producción de moldes y cerrar la fábrica», comenta Amaia Rodríguez, fundadora de la empresa junto a su hermano, Julen.
Ante esta tesitura, se han visto obligados a posponer el lanzamiento de producto al próximo verano. De modo que las ventas se retrasarán al menos unos meses: «Hay que ser pacientes. Este tiempo nos ha servido para reestructurar todo y priorizar mucho».
De momento, sus inversores siguen creyendo en el proyecto y eso les da mucha fuerza y seguridad. «Es verdad que la inversión será más complicada, pero queremos centrarnos en vender los productos y seguir con los proyectos que tenemos entre manos», añade. Eso sí, también se queja de la cantidad de «gastos necesarios para registrar una sociedad, con toda la incertidumbre y riesgo que eso conlleva».
CONSULTORÍA ‘ONLINE’
Justo antes del confinamiento, Ion Sevillano había lanzado e-Darwin, su agencia de marketing digital y comercio electrónico. «Menuda situación: nueva marca y gestionando un nuevo equipo de tres personas. Todo un gran reto por delante». Tenía varios proyectos con clientes nuevos que iban a empezar en marzo, pero no le quedó otra opción que frenarlos. Así que, teletrabajando, él y su equipo digitalizaron el modelo de negocio e introdujeron un nuevo servicio de consultoría online de marketing digital para emprendedores, pequeños negocios y pymes con una misión: ayudarles a adaptarse al ecosistema digital: «Esto nos permite hacer sesiones de consultoría en todo el territorio nacional».
Según Sevillano, el confinamiento les ha servido para darse cuenta de la importancia que tiene el ecosistema digital en nuestras vidas. «Las empresas deben trabajar su presencia ‘online’. Los negocios y empresas deben adaptarse a este ecosistema digital si quieren sobrevivir a esta crisis», sostiene convencido.
También han cambiado su idea inicial de negocio en Nautilus. Esta startup nació con el objetivo de ofrecer cursos ad hoc de realidad virtual a compañías. Con las escrituras paralizadas en el notario, el proyecto se está retrasando. Por eso, han cambiado de planteamiento.
«Al estar las ferias y los eventos cancelados, estamos modificando nuestro producto y vamos a ofrecer soluciones de realidad virtual para que las compañías puedan hacer reuniones ‘online’ o presentar sus productos en 360 de manera inmersiva a sus clientes. Así nos adaptamos a esta nueva situación», explica Nuria Iso.
UN ESCENARIO INESPERADO
Desde el vivero de innovación de CEIN tratan de paliar las dificultades que sufren los emprendedores. Y lo hacen aplicando la metodología lean. «Muchos tienen entre manos un proyecto con una propuesta de valor y una solución dirigida a clientes que, ahora mismo, no están dispuestos a arriesgar», lamenta Pilar Irigoien, consejera delegada de CEIN. Pero los emprendedores se encuentran también con otras dificultades añadidas como la elevada incertidumbre legal, el cambio en la normativa sanitaria, el bloqueo de las inversiones o los ERTE, por citar algunos ejemplos.
Pilar Irigoien: «Para las ‘startups’, está siendo un factor clave de supervivencia la optimización de sus recursos financieros, a través de una gestión óptima de la caja».
Un factor clave para la supervivencia de estas jóvenes organizaciones es la optimización de sus recursos financieros, «a través de una gestión óptima de la caja». Y es que en las startups, detalla Irigoien, el problema resulta más acuciante porque «las medidas que se han lanzado de apoyo a las empresas no están llegando a este colectivo». La causa está identificada: la inmensa mayoría «no presentan facturación o facturaciones bajas en el año 2019». Así mismo, «las rondas de financiación han frenado su marcha y, ‘a priori’, parece que tan solo van avanzando las rondas iniciadas previamente a este estado de alarma».
Pero esta situación también está permitiéndoles abrir nuevas líneas de negocio centradas en la lucha contra el Covid-19. Empresas del sector biotecnológico, por ejemplo, están desarrollando proyectos para la generación de vacunas y medicamentos contra el virus. «También las empresas tecnológicas crean nuevas líneas que ayudan a digitalizar y agilizar procesos existentes, tanto en la sanidad como la industria, en estos momentos en los que se intenta reducir la presencia de las personas en los centros productivos», añade la consejera delegada de CEIN.
COMPLICADO PARA TODOS
Javier Vidorreta, presidente de AJE Navarra, recuerda no obstante que las dificultades van a extenderse a todo tipo de empresas y profesionales: «Es el momento de estar preparados para la grave situación económica que nos ha dejado la crisis sanitaria. El problema más grave que vamos a tener es que no haya demanda activa, que los clientes no compren o no puedan pagar«.
Vidorreta precisa que las compañías más arraigadas y consolidadas quizás puedan asimilar mejor el golpe y transformar la relación con sus clientes o tirar de lo que su colchón les permita. Los emprendedores, por tanto, deberán apostar por su resiliencia. «Los nuevos tendrán que aprovechar su flexibilidad para adaptar totalmente sus modelos a las nuevas necesidades y transformar los problemas en oportunidades», defiende.
Javier Vidorreta: «Los nuevos tendrán que aprovechar su flexibilidad para adaptar totalmente sus modelos a las nuevas necesidades y transformar los problemas en oportunidades».
Vidorreta señala, no obstante, que no resulta fácil despejar las incógnitas que hoy se ciernen sobre la economía mundial: cuánto durarán las medidas de distanciamiento social, los posibles rebrotes, qué ocurrirá en el invierno, cuánto y de qué manera habrá aportaciones y ayudas de los gobiernos… «En todo caso, no cabe duda de que hay que tener la empresa preparada para lo peor y al equipo, con la mejor predisposición, motivación y filosofía resistente y esperanzada para salir adelante».
El teletrabajo, la oferta de servicios online y la optimización de costes, entre otras medidas que se han acelerado estas semanas, «seguramente habrán llegado para quedarse». Sin embargo, Vidorreta considera que la pandemia también encierra oportunidades: «Me conformo con que demostremos haber aprendido de las cosas buenas que al menos nos ha dejado ver la crisis».
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