viernes, 29 marzo 2024

Prioridades claras para un momento histórico y político crucial

Tras asistir al reciente discurso sobre el Estado de la Unión Europea, ofrecido por la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Layen, la autora considera que el Viejo Continente tiene claras sus líneas estratégicas en materia sanitaria, mercado único, biomedicina, estrategia industrial o soberanía digital, entre otros temas.


Pamplona - 2 octubre, 2020 - 07:00

Adriana Maldonado.

Adriana Maldonado.

Hace unos días tenía lugar el primer discurso sobre el Estado de la Unión Europea, en el que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, explicaba las prioridades para este nuevo curso político 2020-2021 en un momento histórico y político crucial para el futuro de la UE y de sus ciudadanos.

El discurso fue largo para las tradiciones de la casa: más de 72 minutos en un emplazamiento inusual para este tipo de discursos. Habitualmente se realiza en Estrasburgo, pero este año tuvo lugar en Bruselas como consecuencia de la pandemia.

Algunos de los compromisos anunciados por la presidenta en materia sanitaria fueron muy bien recibidos por los grupos políticos. Porque esta crisis ha dejado latente el debate que debe realizarse sobre las competencias sanitarias. Europa debe tener las competencias de coordinación y ejecución, bajo los valores de igualdad y solidaridad, para armonizar ciertos criterios y asegurar que todo ciudadano europeo tenga acceso a los mismos recursos.

Además, la presidenta consideró necesario dotar con los recursos adecuados el nuevo programa sanitario EU4Health, con el fin de reforzar la preparación ante las crisis y mejorar la capacidad de gestión y reacción frente a las amenazas transfronterizas. Asimismo, anunció la creación de una nueva Agencia Europea de Investigación y desarrollo biomédico avanzado, en la que Navarra deberá tener un papel fundamental.

“La industria europea debe liderar la transición hacia la neutralidad climática y la transformación digital”.

Otro de los puntos esenciales es la necesidad del pronto restablecimiento del mercado único y del Espacio Schengen en su total normalidad. Las empresas europeas no pueden seguir soportando las restricciones que ciertos Estados miembros han impuesto es sus fronteras, aumentando así las barreras del mercado interior y en detrimento de nuestras economías. Es primordial que la industria aumente su competitividad global y que cualquier empresa pueda vender sus productos en cualquier lugar de Europa. El mercado único es una gran oportunidad para ello y, por eso, es necesario reducir las barreras burocráticas y restablecer su normalidad cuanto antes.

Fue bien recibido el anuncio sobre la necesaria revisión de la estrategia industrial, presentada el pasado mes de marzo. El Covid-19 ha supuesto un cambio en todas las estructuras industriales, de modo que lo presentado en marzo ya no está adaptado a las necesidades del momento. La industria europea debe liderar la transición hacia la neutralidad climática y la transformación digital, ya que el 20 % de la economía global de la UE corresponde a industrias europeas.

SOBERANÍA DIGITAL Y SALARIO MÍNIMO

En el ámbito digital, la UE debe ser líder, por lo que tenemos que poner nuestro esfuerzo político en crear una soberanía digital, basada en la creación de una nueva identidad electrónica europea; en inversiones en infraestructuras, que supongan la expansión del 5G y el 6G; y en asegurar la conectividad en las zonas rurales. Para ello, la presidenta se comprometió a dedicar el 20 % de la totalidad de los fondos del Next Generation EU a este ámbito. Estas inversiones permitirán que todos los sectores de nuestra economía estén más integrados y se produzca de forma más rápida, pero ello no será posible si no somos capaces de aportar certidumbre y seguridad jurídica a nuestro tejido industrial. Las empresas deben ser conocedoras de los beneficios que les pueden suponer estas inversiones y cómo las pueden rentabilizar.

“Debemos acompañar a las pymes en el período post-Covid y ayudarlas en el proceso de digitalización y adaptabilidad a la nueva realidad”.

Por último, otro de los grandes anuncios que realizó fue la voluntad de desarrollar un marco legislativo que ayude a los Estados miembros a establecer un salario mínimo. Esta medida genera igualdad tanto para empresas como para trabajadores. Y si está bien negociada, supone un gran número de puestos de trabajo. La Comisión cree firmemente que el salario mínimo funciona. Y nosotros, los socialistas, no podemos estar más de acuerdo con ello.

Esta crisis ha supuesto un cambio de paradigma en el ámbito laboral en muchos sectores. Somos conscientes de que las pymes son el motor de nuestra economía, de modo que debemos acompañarlas en el periodo post-Covid y ayudarlas en el proceso de digitalización y adaptabilidad a la nueva realidad. Para proteger a estos trabajadores se creó el programa SURE, lo que supone que países como España puedan financiar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

En definitiva, las prioridades están claras. Durante este año, tenemos por delante una inmensa labor de debate, negociación y construcción de una nueva estructura económica y presupuestaria, que permita llevar a cabo todas estas medidas para que ningún ciudadano europeo se quede en el camino y vayamos hacia una sociedad más justa, más integradora y más productiva.

Adriana Maldonado
Eurodiputada socialista

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