El hasta ahora consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Manu Ayerdi, anunció su dimisión este viernes en una rueda de prensa sin preguntas, celebrada a mediodía en el Palacio de Navarra. Lo hizo visiblemente emocionado, después de que el día anterior fuera informado de sus derechos tras las diligencias previas abiertas por el Tribunal Supremo el pasado 21 de enero “para investigar” el caso Davalor. Su sustituto, confirmado oficialmente poco después por el Gobierno foral en un comunicado, será Mikel Irujo, que ocupaba el cargo de director general de Acción Exterior.
“A la vista de la situación política y mediática, no era bueno prolongar la situación ni para mí, ni para mi entorno, ni para la estabilidad institucional que Navarra necesita”.
A partir de ahora, el Alto Tribunal deberá dictaminar si considera o no a Ayerdi autor de los delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos por la supuesta concesión irregular de seis préstamos a Davalor Salud, entre 2015 y 2017. Su importe ascendió a 2,6 millones de euros.
La causa penal fue abierta el pasado 14 de diciembre y pasará a un juzgado de Pamplona tras perder Ayerdi la condición de aforado. El ya exconsejero acudió este jueves al Palacio de Justicia de Pamplona, donde le dieron a conocer sus derechos a petición del Tribunal Supremo, aunque no le entregaron ni el auto judicial ni la querella interpuesta por UPN.
Como ya había trascendido en las últimas horas, su sustituto será el actual director de Acción Exterior del Gobierno foral, Mikel Irujo. Geroa Bai, partido al que corresponde la cartera tal y como reconoció el vicepresidente Javier Remírez hace mes y medio, lo había propuesto para ocupar el cargo.
A su favor juega su amplia experiencia en Bruselas, en un momento en que los fondos de recuperación de la UE serán cruciales para intentar superar la crisis desatada por la pandemia. El nombramiento de Irujo se hará efectivo el próximo 3 de febrero, en la habitual sesión de Gobierno de los miércoles. Previamente, deberá cesar en su actual responsabilidad como director general de Acción Exterior.
LA SITUACIÓN PROCESAL
La comparecencia de Ayerdi duró poco más de diez minutos. Y, en ella, hizo una breve disertación sobre lo acontecido en las últimas horas, además de señalar que tras la rueda de prensa presentaría su renuncia a Chivite a través de una carta, aceptada por esta poco después. En primer lugar, recordó que, el 15 de diciembre, ya envío una primera misiva a Chivite, donde le anunciaba que dejaría el cargo si el Supremo lo consideraba “investigado”. Después detalló que, el pasado 20 de enero, Remírez le mandó un informe de la Dirección General de Presidencia del Ejecutivo foral, “en relación con mi situación procesal”.
“Tras más de cinco años, la obsesión de UPN con esta cuestión es casi patológica. Y, desde luego, no habla nada bien de una fuerza política que aspira a liderar la Navarra del siglo XXI”.
“Tres días más tarde, le respondí explicándole que presentaría mi dimisión cuando se produjera la circunstancia, que de acuerdo con dicho informe activaba el artículo 68 (de la Ley foral del Gobierno de Navarra, que fija la incompatibilidad para continuar en cualquier cargo electo o de libre designación cuando este conozca, “de forma fehaciente”, su situación procesal de investigado por la presunta comisión de los delitos contemplados en los artículos 404 a 444 o 472 a 509 del Código Penal)“, agregó.
Sin embargo, Ayerdi defendió vehemente que aún no se ha producido “la notificación fehaciente del auto emitido el 21 de enero”. “El pasado lunes y desde el convencimiento de que mi situación procesal actual no es la de investigado, con independencia de la notificación del auto, mis abogados registraron ante el Tribunal Supremo una solicitud de aclaración. Justamente para que fuera el propio tribunal el que fijara si, en este momento, mi situación es o no la de investigado. Pero hasta este momento, no he recibido respuesta. Esta es la situación jurídica respecto al artículo 68”, argumentó.
Pero, “a la vista de la situación política y mediática”, concluyó que “no era bueno prolongar la situación ni para mí, ni para mi entorno, ni para la estabilidad institucional que Navarra necesita en este momento tan complejo”. De ahí que, según él, optara por presentar su dimisión.
SOBRE LA QUERELLA
El ya exconsejero quiso hacer dos apuntes sobre la querella interpuesta por la formación regionalista. Por un lado, la calificó de “totalmente infundada” e hizo hincapié en que está “absolutamente tranquilo” al respecto. Además, realizó un análisis en clave política: “La obsesión de UPN con esta cuestión es casi patológica. Y, desde luego, no habla nada bien de una fuerza política que aspira a liderar la Navarra del siglo XXI”.
“Ahora me toca decidir qué nueva etapa quiero emprender. Estoy seguro de que hay personas con situaciones más complicadas que la mía y que están mirando al futuro con energía e ilusión. Esa será también mi hoja de ruta”.
Acto seguido, aprovechó la ocasión para agradecer la labor “y el compromiso” de todas las personas que conforman el Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial, así como “de las organizaciones públicas y privadas” con las que ha colaborado y de quienes conforman su círculo de trabajo más cercano. Incluso dio las gracias a Uxue Barkos y María Chivite; al PNV y su presidente en Navarra, Unai Hualde; y a su familia y amistades, “que han sufrido las consecuencias de mis responsabilidades en términos de falta de tiempo y exposición mediática”. También deseó “el mayor de los éxitos” a su sucesor, cuyo nombre no mencionó, al Ejecutivo foral y a todos los agentes económicos y sociales de la región.
Fue entonces cuando la emoción pudo con un hombre que siempre se ha mostrado sobrio en su discurso y que, tras beber un poco de agua para recuperar la serenidad, lanzó un breve alegato a modo de cierre: “En estos cinco años y medio en el Gobierno, me he dedicado con toda mi energía y capacidades a tratar de mejorar el presente y el futuro de Navarra. Ha sido un honor poder hacerlo. Aunque es obvio que, para muchas personas que nos miran desde fuera, la actividad política no resulta nada atractiva con las señales que se envían. Hoy, la buena política es más necesaria que nunca. En lo que a mí me toca, la vida sigue y se cierra una etapa. Ahora me toca pensar y decidir qué nueva etapa quiero emprender. Estoy seguro de que hay personas que están pasando situaciones más complicadas que la mía y que están siendo capaces de mirar al futuro con energía e ilusión. Esa será también mi hoja de ruta”.