Marzo de 2020. Tras la irrupción del Covid-19, la mayor parte del sector primario vivía días de frenética actividad e ingentes incrementos de las ventas, razón por la que sus negocios reclamaban ser considerados tan esenciales como los sanitarios o de emergencias. No así el sector de la carne para la restauración, que experimentó un desplome de sus ventas después de que los establecimientos cerrasen por las restricciones. Dos años más tarde, el sector ganadero sigue afectado por las consecuencias de la pandemia, a las que se suman el desorbitado incremento de los costes. Pero, ¿cuáles han sido los principales cambios que ha sufrido en Navarra?
En términos generales, la cifra de negocios y la población animal creció en 2020 y 2021, según datos del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra facilitados a este medio. Al cierre del año pasado, se contabilizaban 10.799 explotaciones en la región, un 1,73 % que en 2019. Por su parte, el censo total de cabezas alcanzaba los 10 millones de animales, un 11,5 % más.
Pero este crecimiento no se refleja de la misma manera en todos los subsectores ganaderos. Por un lado, la crisis por el coronavirus ha espoleado la concentración y al aumento en tamaño de las granjas de vacas, cerdos, conejos y gallinas, que decrecen en número pero ganan en población ganadera.
El ejemplo más significativo es el sector avícola, que cayó un 1,62 % en explotaciones pero creció un 14,4 % en ejemplares (el mayor crecimiento porcentual de todos los tipos de ganado).
Las ganaderías dedicadas a vacuno sufrieron una ligera reducción en número: cinco de las 1.525 contabilizadas en 2019 desaparecieron en 2021. Pero el censo de animales registró un leve incremento del 0,74 %. Este fenómeno propició que algunas ganaderías aprovecharan la endeblez que la pandemia provocó en otras para comprarlas, según explicó a este medio Juan Lebrón, mayoral de Núñez del Cuvillo.
LAS MACROGRANJAS
En los dos últimos años, el fenómeno de las macrogranjas ha originado un profundo y tenso debate político y social acerca del modelo ganadero más apropiado para la región, su convivencia con las poblaciones de las zonas rurales y su impacto en el medio ambiente. Una tema que comenzó a cobrar especial protagonismo a principios de 2021, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) abrió una vía para la instalación de este tipo de ganaderías en Navarra.
En concreto, el TSJN estimó parcialmente el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la empresa Valle de Odieta, ubicada en Caparroso, contra una resolución del Gobierno foral, que en 2018 le había denegado la concesión de una nueva autorización ambiental para ampliar sus instalaciones con el fin de pasar de 3.450 a 7.200 cabezas de ganado.
Cuatro meses después, el Ejecutivo navarro anunció que tomaría acciones legales contra la empresa debido a “las afecciones medioambientales propiciadas por la incorrecta aplicación del digestato” (el digestato es el resultado de la biometanización del purín y otros residuos para reducir su potencial de contaminación y, además, producir metano que se aprovecha para generar electricidad verde). Y, un año más tarde, el Parlamento foral aprobó una moratoria con el fin de que, mientras se tramita un proyecto de Ley llamado a reformar la Ley Foral 11/2000 de Sanidad Animal en Navarra, “no se admitan solicitudes ni se concedan autorizaciones” para la instalación de explotaciones ganaderas de vacuno con una capacidad superior a 1.250 cabezas.
Por otro lado, el sector porcino perdió 64 explotaciones entre 2019 y 2021, aunque el censo de cabezas subió un 5,59 %. Y este año sigue sumando nuevas granjas de envergadura. Tal y como adelantó Navarra Capital, un ganadero proyecta poner en marcha una explotación con más de 7.000 ejemplares en el polígono 4 de Larraga. La iniciativa, que aún están a la espera de la autorización ambiental integrada, se suma a otra para construir una de 3.000 cabezas en el polígono 2 de Andosilla, que ha provocado el rechazo de numerosos vecinos.
AUGE DEL CAPRINO Y EL EQUINO
Por otra parte, las explotaciones especializadas en el ganado caprino y equino han ganado enteros. En concreto, el primer mercado sumaba 81 negocios más en 2021 con respecto a 2019 (+13,25 %) y el segundo 131, un 5,5 % más en el mismo periodo. Al mismo tiempo, ambos sectores incrementaron sus poblaciones en un 8,79 % y un 3,67 % respectivamente.
En esta línea, el mercado de la carne de potro ha vivido un boom desde 2020, tal y como informó este medio en un amplio reportaje publicado el pasado mes de abril. De hecho, desde INTIA resaltaron que el sector “goza de salud”, hasta el punto de que la entidad pública ha pasado de trabajar con 250 productores a hacerlo con 300. Al mismo tiempo, los precios para los ganaderos “son dignos”, lo que ha llevado a algunos productores a duplicar sus ventas en los últimos años.
La categoría de otras aves, que aglutina a los sectores especializados en avestruz, codorniz, faisán, paloma, pato, perdiz y oca, experimentó un alza del 19,1 % en el número de negocios y del 8,63 % en la cifra de animales. No obstante, el censo ganadero de Navarra no especifica qué subcategoría vivió en mayor medida este crecimiento. El número de granjas también subió un 2,9 % al sumar quince nuevos negocios tras la pandemia.
EL OVINO PIERDE CABEZAS
El sector ovino sumó diecinueve nuevos negocios entre 2019 y 2021, un crecimiento del 0,88 %. No obstante, los ejemplares bajaron un 10,46 % en el mismo periodo de tiempo. En los albores de la pandemia, la comercialización de cordero se redujo un 85 % y, ante la falta de ventas, el precio del animal vivo disminuyó entre un 20 y un 25 %, según datos recogidos por la Cooperativa de Ovino y Vacuno de Navarra (COOVA), que aglutina a cerca de 170 ganaderos.
Un año después, este medio analizó la depreciación del vellón de las ovejas que pastan en los campos navarros, un problema anterior a la irrupción del coronavirus. De hecho, la lana de los tipos latxa y sasi ardi “no tiene ningún valor desde hace años”, explicó Patxi Lazkanotegi, presidente de la Asociación de Criadores de Sasi Ardi de Navarra (Sasiko) y técnico de INTIA.
Por último, seis explotaciones centradas en la producción de conejo cerraron entre 2019 y 2021, de manera que el mercado navarro sufrió una reducción del 10,52 % en este sentido. Pero las cabezas crecieron un 4,26 % con respecto a antes de la pandemia.
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